"No me pongo en la piel de nadie. No tengo que vivirlo. No por describir un beso uno tiene que sentir que besa", decía Fernando Aramburu, premiado con el Nacional de Narrativa 2017, cuando hace más de un año 20minutos entrevistaba a este vasco afincado desde 1985 en Alemania por la novela ahora galardonada: Patria (Tusquets).

Era una empresa compleja narrar en clave de ficción más de treinta años de ETA y no tener que meterse "en la piel de nadie". Pero pudo conseguirlo y además que se haya convertido en uno de los valores que ha reconocido el jurado: "La profundidad psicológica de los personajes".

Aramburu, que lleva publicando media vida poesía novela y ensayo, y con obras de admirado y aplaudido corte intelectual, nunca había sido un escritor comercial. Él mismo decía ayer que seguía sin comprenderlo. Sin embargo, carambolas de la vida o quién sabe igual era una meta ignorada del escritor, con Patria va a poder vivir unos cuantos años: lleva más de 500.000 ejemplares vendidos, 21 ediciones y será la primera serie española que produzca y emita HBO.

Autor de Fuegos con limón (1996), Los ojos vacíos (2000), Bami sin sombra (2005), o la llevada a la gran pantalla El trompetista del Utopía (2003) como Bajo las estrellas (Félix Viscarret), ya se había adentrado en el terrorismo en Los peces de la amargura (2006). Pero ha sido con las casi 700 páginas que publicaba en 2016 cuando ha hecho diana fuera del margen intelectual. Es la primera vez además que un escritor afronta tan directa y extensamente ETA: "Ha habido aproximaciones pero mi tentativa es un dibujo general. He unido a víctimas y victimarios".

Él, que pudo haber sido uno más de los jóvenes que entraban en la organización terrorista , se ha convertido en el novelista de la historia o parte de ella de ETA: "A mis 14 años estuve expuesto a la misma presión grupal que otros, pero no me persuadió ese discurso de ETA que llevaba a otros a empuñar las armas".

Una de las claves para no ser convencido: "Yo leía mucho, y eso hace que uno genere criterios propios".

Criterios con los que ha creado una larga carrera pero no le dieron para imaginar lo que sería Patria. Él mismo decía: "En las novelas comerciales se termina con una expectativa cumplida y eso da placer. No estoy seguro de si la escena final de mi libro lo es". Y añadía un contundente y bastante serio: "Yo no voy a interpretarla ni me voy a poner en la puerta de las librerías".