Entre abucheos de «a la cárcel, ladrón» y aplausos de sus concejales. Así salió ayer por la tarde del Ayuntamiento, detenido y con una amplia sonrisa en los labios, el alcalde de Totana, José Martínez Andreo (PP). Junto con él, los agentes arrestaron al jefe de la Policía Local, Alfonso Canales; a la secretaria municipal, Laura Bastida, y al empresario Pedro Martínez Ruiz, dueño del hotel Olimpia, de la gasolinera El Saladar y presidente de una asociación de promotores que ha firmado convenios urbanísticos con el Consistorio.

Los cuatro han sido detenidos como presuntos autores de cohecho, falsificación de documentos y blanqueo de capital. Fueron trasladados a la Comandancia de Murcia. Una unidad especial de la Guardia Civil contra la corrupción urbanística registró ayer el Ayuntamiento, la Gerencia de Urbanismo y las cajas fuertes de una oficina de Cajamurcia que está frente al Consistorio. De hecho, la Benemérita no paró en todo el día de llevarse ordenadores y diez cajas con documentos.

Aunque el PP se empeñó ayer en asegurar que el alcalde de Totana no estaba detenido, «sino retenido y colaborando con la Justicia», el primer edil se cubrió las espaldas y llamó a un abogado, que llegó sobre las 12.00 horas al edificio consistorial.

72 horas después

Estas cuatro detenciones llegan tres días después del arresto de otras seis personas en Galicia, Murcia, Totana y Madrid en una operación contra una presunta trama de corrupción relacionada con la recalificación de 2,2 millones de metros cuadrados de suelo rústico donde la empresa gallega Nuaria iba a hacer 5.000 viviendas.

SMS para convocar simpatizantes

El PP de Totana envió ayer dos mensajes de móvil a sus militantes para convocarlos ante la sede del partido en el municipio para explicarles «lo ocurrido en el Ayuntamiento». El primer mensaje señala que «desde el PP de Totana se solicita vuestra presencia en la sede, recibiréis información real de lo ocurrido. Necesitamos vuestro apoyo». En el segundo mensaje aseguraban que «el alcalde está retenido, no detenido». Hasta la sede se acercaron seis concejales y varios militantes.