Ocho inmigrantes ilegales viven en chabolas a la espera de encontrar un futuro mejor

  • Cuatro son hindúes que fueron expulsados del CETI.
  • Ahora esperan ser repatriados a la India.
  • El resto intenta pasar en barco en a la Península.
  • CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE MELILLA.
Las chabolas no soportan las condiciones climatológicas.
Las chabolas no soportan las condiciones climatológicas.
LUIS LÓPEZ
Las chabolas no soportan las condiciones climatológicas.

La situación que vive Ravinder Sindr junto a otros cuatro compañeros es cuanto menos desesperante. Hace cuatro meses, en agosto, fueron expulsados del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes. Desde entonces viven en una chabola construida cerca de la carretera de Farhana. Allí, esperan hasta que se haga efectiva la orden de expulsión a su país de origen, la India.

Tras huir de su país y conseguir entrar en Melilla, sus sueños hacia una vida mejor crecieron con el deseo de establecerse en Europa. Ahora todas sus esperanzas se han visto truncadas.

Unas condiciones adversas

La lluvia cae estos días y el frío es cada vez más intenso, por lo que las noches se convierten en todo un infierno. Por la mañana, despiertan y bajan a la ciudad donde se buscan la vida como pueden, lavando coches o ayudando a aparcar.

Rabin, en un castellano poco inteligible, comenta que hay días en los que no pueden comprar comida y, mucho menos, ropa. Lo más grave es que no saben hasta cuando puede alargarse esta situación. Hasta que no se trámite su repatriación deben permanecer aquí, sin ninguna opción de futuro.

Compartiendo una ilusión

Apenas a diez metros de Rabin y sus compañeros, tres marroquíes viven en condiciones similares. Aunque sus historias son diferentes, persiguen el mismo objetivo.

Annaas, Bdahle y Mohamed llegaron desde el país vecino con una sola idea en la cabeza, dar el salto a la Península. Dos de ellos, ya vivieron en Madrid en situación irregular, hasta que fueron expulsados. Ahora, rondan el Puerto de la ciudad, con el fin de subir ilegalmente en un barco y repetir de nuevo la aventura.

Ayer mismo por la mañana, la Guardia Civil los encontró merodeando por las instalaciones portuarias. Por fortuna para ellos, no fueron llevados a la frontera. Si la cruzan, su odisea se vuelve aún más complicada. Annas asegura que "la policía marroquí es muy dura y si no tienes dinero no puedes tratar con ellos". Por su parte, Mohamed, dice que "en Marruecos no hay futuro y en Europa hay muchas cosas para hacer".

Por ahora, continuarán acampados en este lugar, conviviendo y compartiendo un sueño común. Tras el mar, confían encontrar aquello que les es negado en sus países de orígen.

CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE MELILLA

Mostrar comentarios

Códigos Descuento