«No tiene depredadores naturales, pero de donde procede no hay tantas palmeras juntas». Esther Calderón es una de las biólogas del Centro de Investigación y Formación Agraria (CIFA) de Málaga. Habla del escarabajo picudo rojo, un insecto asiático de hasta cinco cm que taladra las palmeras hasta secarlas.

«No hay cura para los ejemplares en los que se mete el picudo. Sólo se pueden talar», afirma. La situación es grave en muchos puntos de la provincia. El bicho llegó a Almuñécar (Granada) en 1995 y se ha propagado con la moda de las administraciones públicas de adquirir esta planta de países árabes. El PP andaluz critica que los controles de la Junta sobre las importaciones no hayan paliado la plaga. En 1996 apareció el primer foco en la provincia: Nerja.

Actualmente, la más afectada es la costa occidental, según el CIFA, mientras que la capital se está salvando «gracias al trabajo de los técnicos municipales, pero no todos los consistorios tienen los recursos para actuar adecuadamente».

El Ayuntamiento de Málaga va a prohibir que se poden las palmeras en jardines privados porque, al hacerlo, las zonas del corte atraen a este insecto volador.