El informe definitivo de la autopsia de Lucía Vivar, la niña de tres años que murió después de extraviarse de sus padres en la localidad malagueña de Pizarra, corrobora la principal hipótesis de los investigadores, que murió accidentalmente de un fuerte golpe en la cabeza tras andar sola por las vías del tren.
Los análisis han descubierto también otras lesiones de caracter más leve, como erosiones, en las piernas, así como presencia de grasa, según informan medios locales.
En la autopsia trabajaron cinco forenses que no hallaron lesiones en la mano, tampoco en la cara, cuello o cabeza, distinta del traumatismo cranoencefálico que le causó la muerte. De ahí que concluyan que el tren le golpeara sin arrollarla. La grasa encontrada es compatible con la suciedad que acumulan las vías del tren, asegura el informe.
Aunque desde el principio se habló de muerte accidental, por unas horas, la versión del accidente fue puesta en duda. Los investigadores sugieren que Lucía Vivar caminó durante horas sola por la vía del tren y cansada se durmió junto a la misma.
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