Una investigación de la Agencia Nacional del Crimen (NCA) sobre más de un centenar de incautaciones de muñecas sexuales con aspecto infantil ha llevado a identificar a varios pedófilos en Reino Unido.

Las muñecas de silicona son fabricadas principalmente en China y Hong Kong y se venden en otros países a través de portales de internet como Amazon y eBay. Pesan alrededor de 25 kg y su precio supera los mil euros, informan medios ingleses.

La Agencia Fronteriza británica ha registrado un aumento del número de estos productos sexuales requisados. En concreto, los agentes han incautado 123 muñecas desde marzo de 2016.

"Son un fenómeno relativamente nuevo" en Reino Unido y debería ser criminalizado, ha afirmado Hazel Stewart, director Centro de Explotación Infantil y Protección por la Red (CEOP) de la NCA.

Las pesquisas en torno la introducción de estas muñecas en el país ha dejado por el momento siete personas acusadas, de las que seis también se enfrentan a posibles condenas relacionadas con pornografía infantil. Esta relación demostraría que muchas de las personas que compran estos productos también cometen crímenes sexuales relacionados con menores, según los agentes de la investigación.

Los agentes de la frontera pueden confiscar los artículos que consideren indecentes u obscenos en virtud de la legislación aduanera. Por ello, el Centro de Explotación Infantil y Protección por la Red (CEOP), la Agencia Fronteriza y la NCA encargaron a un pediatra en marzo pasado un análisis de las muñecas confiscadas. El médico examinó los modelos para determinar la apariencia y la anatomía infantil.

Andrew Dobson, de 49 años, fue encarcelado por el tribunal de Chester en junio durante dos años y ocho meses. Se trata de la primera condena por importar una muñeca sexual en Reino Unido y puede suponer un precedente crucial en los juicios de los demás sospechosos.