Un español fue detenido por defecar en las ruinas de Pompeya. Tal como recoge Il Mattino di Napoli, el hombre, de 80 años, sufrió una incontinencia y no pudo hacer otra cosa que buscar un rincón para defecar, con su mujer como cómplice puesto que ella intentó taparle para que ningún otro turista se enterase.

Fue un vigilante quien se dio cuenta de la escena y llamó a los carabinieri. Además, el hombre eligió nada más y nada menos que la Casa de Menandro, que está considerada una de las zonas de mejor conservación de la villa.

El escándalo además coincidió con las visitas de dos ministros, que acudían a inaugurar una nueva ruta en Pompeya, y de hecho, las fuerzas de seguridad no creyeron la versión del vigilante en un primer momento. Tuvieron que acercarse al lugar para confirmarlo.

El hombre ha sido denunciado por atentar contra un monumento nacional. Es más, el Gobierno italiano está preparando un proyecto para endurecer las penas por los actos de vandalismo que puedan sufrir las zonas históricas, con penas de hasta cinco años de prisión.