Desde 1946, Pedro, de 89 años, vive en casa en la huerta de Murcia junto a su esposa, Violante Pardo, de 84. La casa interrumpe el trazado elegido por el Ayuntamiento para construir Miguel Induráin.

La casa iba a ser derribada, pero un juez les ha llevado la esperanza, según informa hoy el diario El País .

Para preservar la salud del matrimonio, el juez ha impedido cualquier realojo hasta que el ayuntamiento les garantice una casa en la huerta, donde puedan mantener la vida que hasta ahora llevan.

Las máquinas han llegado al borde de su casa. La avenida Miguel Induráin, con tres carriles en cada sentido, un proyecto emblemático del Ayuntamiento de Murcia para servir de nuevo eje a la ciudad, ya se ha comido el resto de huertos.

El Ayuntamiento de Murcia dice ha cumplido la legalidad vigente y realojará a los vecinos de la Senda de Granada afectados por la construcción de la avenida Miguel Induráin en un edificio de nueva construcción en el plan parcial Zarandona 2, según está previsto y aprobado.

"El realojo de la familia, que está aprobado y fijado, se producirá cuando el edificio del plan parcial Zarandona 2 esté terminado. Mientras tanto, el Ayuntamiento ha entregado a los propietarios de la vivienda expropiada de la Senda de Granada 580 euros por mes, durante 18 meses, para que puedan buscar una vivienda de alquiler que sea cómoda para ellos hasta que no se le entregue su nueva casa".

"El Ayuntamiento de Murcia es uno de los poco Consistorios en España que sigue esta norma y que facilita el alquiler a los expropiados hasta que sus viviendas definitivas estén terminadas. Las viviendas alquiladas las buscan los expropiados porque el Consistorio no cuenta con viviendas para ofrecer en alquiler".