Estas actuaciones se instruyeron por un presunto delito de abuso sexual a menores, aunque el ministerio fiscal calificó los hechos como una falta de vejación injusta y por la que solicitó los cuatro días de localización permanente y la indemnización finalmente impuesta de 3.000 euros.

La madre se confesó autora de los hechos en el juicio y la defensa de su hija estimó que no era necesario seguir con la vista oral, por lo que se declaró concluso el procedimiento.

En el momento en que ocurrió el incidente, en el año 2014, la custodia de la menor la tenía el padre, que fue quien presentó la denuncia contra la mujer. Esta solo podía ver a la niña en casa de la abuela materna, en visitas tuteladas.

En una de esas visitas, en una fecha indeterminada pero anterior al 19 de junio de 2014, la mujer se llevó a la niña, que tenía 11 años, a su vivienda, y cuando estaba en el sofá viendo la televisión, le bajó las mallas que llevaba y por encima de la ropa interior le comenzó a tocar los genitales. Cesó cuando la menor le dijo que no hiciera eso.