La Guardia Civil, según ha informado en un comunicado, inició las pesquisas al detectar la venta de joyas en la localidad de Martos al margen de los establecimientos dedicados a dicha actividad.

Iniciadas las gestiones por el Área de Investigación de la Guardia Civil en Martos, se identificó a una mujer que había realizado ventas de joyas por valor de 900 euros.

Ante la sospecha, que esa cantidad de joyas no fueran propiedad de la improvisada vendedora se cotejaron posibles denuncias por si en alguna de ellas figurara la sustracción de joyas con las mismas características que las vendidas por la detenida. Sin embargo, no se encontró ninguna denuncia que se correspondiera con dichas joyas.

El paso siguiente fue establecer un dispositivo de seguimiento a la sospechosa por lo que se comprobó que realizaba trabajos de empleada de hogar en un domicilio de la localidad. Tras sospechar que las joyas pudieran ser de la dueña de la vivienda, los agentes le mostraron un reportaje fotográfico de la joyas vendidas. Fue entonces cuando la víctima reconoció que todas las joyas eran de su propiedad aunque no se había percatado de su sustracción.

La perjudicada, tras realizar un examen minucioso en su domicilio para comprobar las joyas que le faltaban, formuló la correspondiente denuncia en el puesto de la Guardia Civil de Martos por el robo de numerosas joyas valoradas en más de 3.000 euros.