Además de las Fallas, València tiene muchos atractivos que bien merece la pena visitar; máxime si se tiene la posibilidad de alargar un poco más la estancia y aprovechar la resaca festiva para conocer mejor la ciudad.

València se puede disfrutar de muchas maneras; pero hay planes imprescindibles por corta que sea la estancia en la ciudad.

El centro histórico concentra algunos de los tesoros culturales más destacados de la ciudad; comenzando por la Catedral, donde se puede ascender al mirador de su campanario, conocido como Miguelete: allí se pueden ver unas de las mejores vistas de la capital.

A pocos metros de allí, merece la pena una visita a la Basílica de la Virgen de los Desamparados y al Museo de l’Almoina.

En dirección al barrio del Pilar, se alza la Lonja de la Seda, un exponente del gótico civil; así como el Mercado Central y el Museo y el Colegio del Arte Mayor de la Seda.

Diseñada por Santiago Calatrava, se trata de un complejo arquitectónico integrado por seis grandes elementos: el Hemisfèric, un cine IMAX en el que es posible ver proyecciones digitales; el Palau de les Arts Reina Sofía, dedicado a la ópera; los jardines del Umbracle; el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, donde se dan a conocer aspectos relacionados de la ciencia, la tecnología y el medio ambiente; el Ágora, un espacio multifuncional; y el Oceanogràfic, que es el mayor acuario que se puede encontrar en toda Europa.

La Marina Real Juan Carlos I es otro de los puntos de referencia de la ciudad. En ella se encuentran los Tinglados del S.XIX, el edificio del Reloj y el edificio Veles e Vents, emblema de la nueva Marina.

Se puede aprovechar la visita para darse un baño en las playas de Las Arenas y Malvarrosa.