Los tres inmigrantes que fallecieron por las llamas que originó un brasero en el garaje en el que vivían en Jaén. La anciana de Reus que murió en un incendio que le provocó una vela con la que se alumbraba. Ambos fueron casos mediáticos, pero no aislados, a juzgar por la cifra –creciente– de fallecidos en incendios en los ultimos dos meses.

Entre diciembre de 2016 y enero de 2017 se han registrado 51 víctimas mortales (casi un fallecido al día)  lo que supone un aumento del 50% con respecto al mismo periodo del año anterior,  cuando se contabilzaron 34. Son datos adelantados ayer  por  la Fundación Mapfre y la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB), en el marco de la presentación su informe de Víctimas en incendios en España en 2015, único documento que analiza este tipo de sucesos en España.

La mayoría de los fallecidos han perdido la vida sobre todo como resultado de un descuido con un radiador, brasero o chimenea en el salón de la vivienda, en más de la mitad de los casos en horario nocturno, entre las 20.00 y las 8.00 horas. De hecho, siete de los incendios ocurridos en las últimas semanas han sido originados por braseros, uno de los aparatos más peligrosos. El perfil más común es el de mayores de 65 años, que representa un 40% de los decesos.

Por comunidades autónomas, Andalucía se sitúa en el primer lugar, con 10 fallecidos en estos dos últimos meses. En en este periodo cuando se produce un mayor número de víctimas  mortales por ser los meses de más frío y por tanto más necesidad de general calor, explica Jesús  Fernández, responsable de Prevención de la Fundación  Mapfre. "Si esta tendencia continúa tendremos  un mínimo de 150 víctimas este año, y  250 como máximo. Es una relación matemática con respecto a los estudios anteriores", señala Jesús Fernández.

A Andalucía le sigue la Comunidad Valenciana (9). Y después, Cataluña y Castilla La Mancha (ambas regiones con 8 víctimas mortales).

Fernández subraya que para saber si este número de fallecidos  guarda relacióncon la pobreza energética habría que realizarse un estudio que arroje datos sobre el perfil socioeconómico de los fallecidos.

"Lo que sí que está claro, y no nos cansamos de repetir,es que siempre que existe pobreza el número de accidente aumente. Realmente hasta ahora no tenemos ninguna forma de asociarlo, porque las vicitmas durante la crisis han ido descendiendo. Lo que sí es evidente que está más que contrastado en casos como el de la señora que falleció en Reus en un incendio que le provocó una vela".

El último informe anual presentado este jueves ofrece cifras detalladas de 2015, cuando se registraron 143 víctimas, un 11,7% menos que el año anterior.

El patrón se sigue repitiendo anualmente: las víctimas son mayores 65 años, viven solos (se multiplican casi por 9 las posiblidades de morir en un incendio), gran parte de los sucesos se producen en los meses de mayor frío, entre noviembre y marzo. Y las causas más probables son descuidos por aparatos productores de calor.

El informe de 2015 hace referencia a que "la fatalidad ha golpeado con especial crudeza a las residencias de mayores, que computan un 7% del total de fallecidos con diez víctimas mortales".

Los  responsables del estudio recomiendan vigilar los aparatos de calefacción, que no pueden estar cerca de elementos inflamables, así como no fumar en la vivienda, ya que los cigarrillos mal apagados son unas de las principales causas de incendio.

También aconsejan no sobrecargar los enchufes con ladrones, desconectar los aparatos eléctricos después de usarlos, no realizar manipulaciones caseras y no dejar cerillas y mecheros al alcance de los niños.

Y recomiendan colocar detectores de humo, que cuestan entre 6 y 20 euros y alertan de incendios sobre todo por la noche, siendo un elemento esencial en viviendas con niños y con personas mayores, sobre todo si éstas viven solas.