Llega a Barcelona la obra de Peter Hujar, el brillante fotógrafo que prefirió la pobreza a la fama

  • Fallecido a los 52 años por complicaciones derivadas del sida, Peter Hujar fue la referencia para Mapplethorpe, Goldin y los demás fotógrafos del orgullo gay.
  • La Fundación Mapfre presenta en Barcelona la retrospectiva 'A la velocidad de la vida' sobre un artista a quien solo importaba 'la chispa del encuentro'.
  • Poco reconocido hasta después de la muerte en 1987, los retratos del estadounidense, que optó por vivir en la pobreza, combinan revelación y misterio.
Foto de la 'superestrella' de Warhol Candy Darling, retratada en su lecho de muerte por Peter Hujar. Antonhy and the Johnson usaron la imagen como portada para uno de sus discos
Foto de la 'superestrella' de Warhol Candy Darling, retratada en su lecho de muerte por Peter Hujar. Antonhy and the Johnson usaron la imagen como portada para uno de sus discos
© The Peter Hujar Archive, LLC. Cortesía Pace/MacGill Gallery, Nueva York, y Fraenkel Gallery, San Francisco
Foto de la 'superestrella' de Warhol Candy Darling, retratada en su lecho de muerte por Peter Hujar. Antonhy and the Johnson usaron la imagen como portada para uno de sus discos

Aunque en vida solo fue reconocido entre minorías —no expuso en locales de renombre y editó un solo libro, Portraits in Life and Death (1976), agotado desde hace años—, el fotógrafo estadounidense Peter Hujar (1934-1987) fue uno de los creadores de imágenes más influyentes de su época gracias a la difusión postmortuoria de su trabajo. Fallecido de manera prematura a los 52 años por complicaciones respiratorias derivadas del sida, en su estilo y temario está el germen del camino que tomaron otros creadores posteriores como Robert Mapplethorpe y Nan Goldin.

La retrospectiva Peter Hujar: a la velocidad de la vida, trae a Barcelona —Casa Garriga Nogués de la Fundación Mapfre, del 27 de enero al 30 de abril— una cronología detallada de más de 160 imágenes de un artista al que sólo importaba, como dicen con acierto los organizadores, "la chispa del encuentro y del intercambio" del artista con el otro. Las obras están datadas entre los años cincuenta y finales de los ochenta y abarcan la vida entera de Hujar.

Abandonado por sus padres cuando era un crío y criado por sus abuelos, emigrantes ucranianos, Hujar consiguió su primera cámara en la preadolescencia y desde entonces se dedicó con pasión a la fotografía, una entrega que debía enfrentarse a su tremenda inseguridad personal y la falta de interés por venderse entre los galeristas y marchantes, mientras, al contrario, con sus amigos era magnético, simpático, encantador y capaz de compartir cualquier habilidad.

Fuera cual fuera el tema —uno de sus amantes, actores de teatro underground, una drag queen, un animal, un paisaje, un desnudo, casas en ruinas o los apacibles rasgos de su propio rostro—, las fotos de Hujar, que, mientras retrataba, se embebía hasta tal punto que no era consciente de nada más que del acto de fotografiar,  transmiten serenidad y otorgan gravedad al objeto de atención al pausar paso del tiempo y erigirse en un momento eterno.

Los retratos que pueden verse en la exposición "combinan revelación y misterio, ferocidad y calma" y una "familiaridad que no puede ser ignorada", dicen los promotores de la muestra, organizada en colaboración con el Archivo de Peter Hujar. La obra, añaden, "no puede valorarse sólo por lo que deja ver, sino también por lo que parece mostrar".

Le gustaban las yuxtaposiciones desconcertantes

La carrera del artista osciló desde la búsqueda por lograr un reconocimiento en el mundo de la moda de las revistas, como habían logrado los fotógrafos a los que admiraba, sobre todo Irving Penn y Richard Avedon, y su lado más creativo y solitario que recreaba el Nueva York creativo e intelectual de su tiempo. Peter Hujar: a la velocidad de la vida respeta el criterio del artista, que nunca exponía sus fotos por series o cronología, sino que optaba por presentarlas en "yuxtaposiciones que resultaran enérgicas, sorprendentes y, a veces, desconcertantes".

Resulta especialmente brillante la segunda parte de la exposición, con obras tardías, datadas entre 1970 y la muerte del fotógrafo. En 1973, Hujar renunció a sus aspiraciones profesionales —vivía en la pobreza, ayudado por amigos, amantes y benefactores cercanos— para centrarse en lo que verdaderamente le motivaba: el ambiente bohemio y radical del downtown neoyorkino, con escritores —entre ellos Susan Sontag y William Burroughs—, cineastas, actores y eminencias de las subculturas de la ciudad. Prefería vivir en la pobreza antes que mutilar su arte por los condicionantes del mercado.

Un par de fotos en lechos mortuorios

De esta época es Candy Darling en su lecho de muerte (1973), donde retrató a la diva de Andy Warhol poco antes de fallecer, en una imagen usada en 2005 por Anthony and The Johnsons como portada para uno de sus discos.

Años después, cuando Hujar estaba moribundo, su amante David Wojnarowicz, tomó una foto, mucho menos glamurosa, del fotógrafo, demacrado y agonizante, poco antes de morir, en el Día de Acción de Gracias de 1987. Hujar, que prefirió la pobreza a la fama fácil, comenzó entonces a ser considerado un símbolo y un cronista fundamental de su época.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento