Linaqua ha remitido un comunicado en el que aclara que "en ningún caso realiza este tipo de campañas comerciales y que todo posible uso de su nombre para esta actividad constituye un ilícito penal".

Añade que estas personas "están provocando confusión e intranquilidad a los usuarios en cuanto a la calidad del agua que consumen", llegando incluso a realizar una prueba química, la electrólisis, en la que el agua del grifo utilizada de muestra se pone oscura, llevando a pensar que el agua está sucia o contiene sustancias perjudiciales.

La intención de estas personas, dice Linaqua, es convencer a los vecinos de la necesidad de adquirir costosos mecanismos de ósmosis o purificadores para hacer "más saludable" el agua.

Linaqua aclara que cualquier agua, sea ésta del grifo o embotellada, contiene sales minerales necesarias para nuestro organismo. La prueba que estas personas realizan consiste en aplicar un proceso electroquímico que hace reaccionar a esas sales minerales y oscurecerse, sin que esto signifique que el agua es de mala calidad o no potable, simplemente pone de manifiesto que esas sales minerales existen, pues de lo contrario estaríamos bebiendo agua destilada.

De hecho, si al agua tratada que dicha empresa considera "pura" gracias a su aparato le ponemos un poco de sal, se pondrá igualmente oscura y solo le habremos añadido inocua sal de mesa, nada de contaminantes peligrosos.

Linaqua añade que analiza diariamente el agua de la red de distribución en los puntos ya habilitados para ello, sin necesidad de acceder al interior de las viviendas.

La regulación de los criterios de calidad que debe cumplir el agua de consumo está controlada por la autoridad sanitaria, que en caso de que el agua tuviera cualquier problema, la decretaría como no apta y adoptaría las medidas oportunas para asegurar la salud de los usuarios. En el caso de Linares, "no existe ningún tipo de motivo que deba intranquilizar a los vecinos sobre la potabilidad del agua".