Los empleados del Zoo de Barcelona quieren que los delfines se queden en la ciudad porque "es su hogar". Avisan que el traslado de estos animales a otro lugar del mundo les ocasionaría estrés y añaden que si se llevan a un recinto privado quizá tengan que repetir los espectáculos circenses que ya dejaron de practicar en Barcelona.

Teniendo en cuenta estos argumentos, los trabajadores del Zoo se posicionan en contra de la propuesta del Gobierno de Ada Colau de quitar el delfinario antes del 2019. Creen que la mejor solución es que se lleven a cabo las obras de mejora de las instalaciones para garantizar, así, que estos cetáceos vivan el resto de sus vidas en las mejores condiciones posibles.

En este sentido, también piden al Ayuntamiento que adecuen la instalación de forma polivalente para que en un futuro, después de la muerte de los delfines, pueda albergar otros animales marinos.

El presidente del comité de empresa del Zoo, Jesús Cabana, explica a 20 minutos que de los cuatro delfines que viven en la ciudad, el mayor es una hembra que tiene 35 años. Los otros son jóvenes, el más pequeño tiene 4 años y los otros dos 15 y 17, con lo cual la construcción de un nuevo delfinario "permitiría proporcionar unas buenas condiciones a estos animales que, criados en cautividad, pueden llegar hasta los 40 o 45 años". 

El representante de los trabajadores del Zoo desmiente las afirmaciones de la teniente de alcalde de Ecología, Janet Sanz, sobre que los cuatros delfines de la ciudad tengan problemas o estén sufriendo enfermedades y explica que estos animales están bien tratados por los trabajadores que se encargan de ellos y que son tres veterinarios, ocho cuidadores y un conservador.

Para Cabana, el problema que tienen actualmente estos animales es que viven en unas instalaciones anticuadas, que des de hace años no cumplen con las condiciones adecuadas y "se necesita que sean más grandes".

De hecho, la Asociación Europea de Mamíferos Acuáticos advirtió hace dos años al Ayuntamiento que no podría tener a los delfines en la actual instalación porque no cumplía con las condiciones, por lo que debía adecuarla antes de empezar el 2019. De ahí que ahora se haya puesto sobre la mesa el tema del delfinario, del que el gobierno de Ada Colau es partidario de quitarlo y cuenta con el apoyo de ERC y la CUP.

Trabajadores del Zoo aseguran a través de un comunicado que el grupo de trabajo impulsado por el Ayuntamiento para definir el futuro del delfinario y del modelo del Zoo ha sido una "comedia", ya que la decisión debería haberla tomado un grupo de especialistas. Añaden que el experto en cetáceos, Àlex Aguilar, abandonó el grupo por estar en desacuerdo.

Por otro lado, sostienen que existen deficiencias en la gestión del Zoo y que se realizan inversiones que no priorizan el bienestar de los animales, como la instalación de nuevos tornos en la entrada, unas pantallas de información que ya están previstas o la colocación de un nuevo parque infantil donde podría haberse ubicado una mejor instalación para alguna especie.

Respecto a la decisión de trasladar los delfines, advierten que es una "falta de responsabilidad pasar la pelota a otro zoo" y que eso implica desentenderse de su bienestar, condición que consideran que tienen garantizada en el equipamiento de la capital catalana.