La reina Isabel II no pudo asistir a la misa de Año Nuevo en su residencia de Sandringham debido a un "persistente fuerte resfriado". La noticia se produjo una semana después de que la monarca tampoco pudiera asistir a la misa de Navidad en su residencia en Norfolk, en el este de Inglaterra, por problemas de salud.

Ha sido la primera vez que la reina, que es la jefa simbólica de la Iglesia de Inglaterra, no pudo asistir desde que la familia real comenzó a celebrar sus navidades en su residencia en Norfolk en 1988.

Ambas noticias han causado preocupación, dada la avanzada edad de la monarca, por lo que su hija, la princesa Anna, ha comparecido al salir del servicio junto a su padre, el príncipe Felipe, y su hermano, el príncipe Eduardo,  para asegurar que "se siente mejor" y que no hay razón para estar preocupados.