El nuevo miembro de la Familia Real española, hija de la Infanta Cristina y de su esposo, Iñaki Urdangarín, es el noveno en la sucesión al Trono, después de sus tíos, el Príncipe de Asturias y la Infanta Elena, los hijos de ésta, Juan Froilán y Victoria Federica, su madre y sus hermanos, Juan Valentín, Pablo Nicolás y Miguel.

Si bien, cuando el próximo mes de noviembre nazca el primogénito/ primogénita de los Príncipes de Asturias, todos los descendientes de los Reyes, salvo Don Felipe, heredero directo de Don Juan Carlos por su título, retrocederán un puesto en la línea sucesoria, por detrás del recién nacido.

La hija de los Duques de Palma de Mallorca forma parte, junto a sus primos y sus hermanos, de la undécima generación con derecho a la sucesión directa de la Casa de Borbón en España, una dinastía que se inició en 1700 con la llegada al trono de Felipe V.

Regulado por la Constitución

La línea de sucesión, como la mayor parte de las cuestiones que afectan a la Corona, está regulada por la Constitución, concretamente por los artículos 57,1 y 57,4, así como la cláusula derogatoria general contenida en ese texto.

El artículo 57,1 dice textualmente en su inicio que "la Corona de España es hereditaria en los sucesores de S.M. Don Juan Carlos I de Borbón, legítimo heredero de la dinastía histórica".

El artículo añade que "la sucesión al trono seguirá el orden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado más próximo al remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer y, en el mismo sexo, la persona de más edad a la de menos".

¿Reforma constitucional?

Cuando el pasado 8 de mayo la Casa del Rey anunció el embarazo de Doña Letizia se dispararon de inmediato todo tipo de argumentaciones sobre la necesidad de modificar ese artículo que da preferencia al varón en la sucesión, y que contradice otro de la Carta Magna, el 14, que reza que no puede haber discriminación por razón de "nacimiento, raza, sexo, religión, opinión...".

Sin embargo, el heredero a la Corona debe ostentar el título de Príncipe de Asturias y hasta que Don Felipe no sea Rey no podrá haber nadie más con él.

El primer hijo de Don Felipe y Doña Letizia recibirá el título de Infante o Infanta de España y el tratamiento de Alteza Real El artículo 57,4 establece también que quienes tienen derecho a la sucesión al Trono deben contraer matrimonio con el acuerdo del Rey y de las Cortes Generales, para no ser excluidos.

Tanto los matrimonios de las dos Infantas como el del Príncipe de Asturias, que se celebró el 22 de mayo de 2004, fueron anunciados por la Casa del Rey en comunicados en los que los Reyes expresaban "su satisfacción" por el enlace, o sea, su conformidad.

La Carta Magna, en su parte final, incluye una cláusula derogatoria general que dice que "así mismo quedan derogadas cuantas disposiciones se opongan a lo establecido en esta Constitución".

Este punto constitucional deja fuera de lugar iniciativas como las de quienes desearían hacer valer la Pragmática de Carlos III sobre la pérdida de derechos de sucesión de aquellas personas que, teniéndolos, contrajeran matrimonio con otras que no sean de sangre real.

La nueva hija de los Duques de Palma, según lo dispuesto en 1987 mediante un Real Decreto, tendrá la consideración de Grande de España y recibirá tratamiento oficial de "Excelencia".

Pertenece a la Familia Real, pero de momento, al igual que sus hermanos y sus primos, no tiene concedido ningún título nobiliario.

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