Si estás aburrido de los hoteles habituales...

The Manta Resort, en la isla de Pemba (Zanzíbar), dispone de habitaciones a cuatro metros de profundidad hechas con un vidrio acrílico transparente.
The Manta Resort, en la isla de Pemba (Zanzíbar), dispone de habitaciones a cuatro metros de profundidad hechas con un vidrio acrílico transparente.
THE MANTA RESORT
The Manta Resort, en la isla de Pemba (Zanzíbar), dispone de habitaciones a cuatro metros de profundidad hechas con un vidrio acrílico transparente.

Cuando tenemos pensado irnos de viaje, lo solemos hacer con un destino en la cabeza. Lugares que forman parte de esa lista con destinos que tenemos que visitar al menos una vez en la vida. Pero... ¿y si le damos la vuelta? ¿Y si consideramos la posibilidad de hacer que el hotel sea un destino en sí mismo? Una aventura por sí sola. Los hay que cuelgan de las copas de los cedros, otros disponen de suites flotantes, grúas portuarias que se transforman para acoger vida humana... Diez establecimientos inusuales que hacen todo lo posible para ofrecer a sus huéspedes, de una forma u otra, una experiencia única e inolvidable.

Tanzania. Si el gran escritor francés Julio Verne levantara la cabeza no le cabría en su cara una sonrisa más grande al comprobar cómo muchas de sus arriesgadas ideas siguen haciéndose realidad. Aunque la desbordante imaginación de Verne en Veintemil leguas de viaje submarino recreaba la vida en el Nautilus, la obra sí que ha servido como inspiración para construir suites bajo la superficie del océano. The Manta Resort, en la isla de Pemba (Zanzíbar), dispone de habitaciones a cuatro metros de profundidad hechas con un vidrio acrílico transparente. Se trata de villas ubicadas sobre plataformas flotantes que tienen tres niveles: el techo que es perfecto para lanzarte al agua, la parte de la superficie en la que hay un magnífico porche para ver la puesta de sol y la planta baja en la que está el increíble dormitorio con paredes de vidrio para disfrutar de las maravillas que ofrece el fondo marino.

The Manta Resort

Holanda. Despertarse por las mañanas con unas vistas envidiables sobre el puerto de Ámsterdam ponen a cualquiera de buen humor. El Faralda Crane hotel es una antigua grúa portuaria, de 50 metros de altura, que ha sido reconvertida en hospedaje de lujo. Solo dispone de tres exclusivas suites que se encuentran en las que antaño eran las salas de máquinas en esta mole de hierro. Si tienes el valor necesario para hacer puenting, desde ella puedes lanzarte al vacío (con reserva previa) y sentir cómo tus pulsaciones y tu corazón se disparan. Aquellos que no buscan emociones tan fuertes siempre pueden terminar la jornada con un relajante baño en el jacuzzi que hay en la azotea.

Faralda Crane Hotel

Japón. Una forma muy barata de viajar a Tokio, en el país del Sol Naciente, es alojándose en los hoteles cápsula. Dormir en este ‘paraíso’ de diseño minimalista no es apto para personas con claustrofobia. Las ‘habitaciones’ son extremadamente pequeñas (cabinas de un metro de altura, construidas en dos niveles y una al lado de la otra) y de lo más funcional: cabe una cama, un televisor, una radio... y poco más. Como es de imaginar, los baños son compartidos. Otra característica de este tipo de establecimientos es que hay que dejar los zapatos en unas taquillas y calzarse unas zapatillas de andar por casa. En el caso de este hotel, Capsulevalue Kanda, solo se permiten hombres pero en otros hay opciones mixtas.

Hotel cápsula en Japón

Canadá. Eve, Eryn y Melody bien podrían ser unas bellas princesas elfas de orejas puntiagudas y ojos claros. Pero en realidad, son los nombres con los que un pintoresco hotel en la isla de Vancouver ha bautizado a sus tres habitaciones: unas grandes esferas que cuelgan de árboles centenarios. Free Spirit Spheres es un santuario camuflado en plena naturaleza canadiense. Los clientes pueden pernoctar una noche o una semana en estas esferas ecológicas construidas de madera y fibra de vidrio. En la base, se encuentran los baños. Al otro lado del estanque, hay sauna y área de barbacoa y picnic.

Free Spirit Spheres

Corea del Sur. Jeongdongjin, localidad de nombre impronunciable, no se te olvidará cuando conozcas The Sun Cruise Resort and Yacht, un hotel con la forma de un crucero de 165 metros de eslora. Suena de lo más romántico, ¿verdad? El astillero que se encargó de su diseño cuidó al máximo los detalles de este curioso proyecto: desde la ubicación (en lo alto de un acantilado para que parezca que estás navegando), pasando por la recreación del sonido del mar, las 211 habitaciones que son camarotes o su construcción en forma de cubiertas, idénticas a las de un transatlántico. ¡Embárcate en él y gozarás de las ventajas de un gran barco, pero sin sufrir incómodos mareos!

Corea del Sur

Bélgica. La filosofía de Sleeping Around es la de un hotel de lujo pop-up, pero con la singularidad de que han reutilizado contenedores de transporte marítimo abandonados y los han transformado en lugares habitables para dormir. Esto no quiere decir que las cuatro habitaciones de que disponen se encuentren en mal estado. Más bien, lo contrario: camas de calidad, ducha de lluvia, altavoces para conectar el iPod... Hay dos contenedores extra destinados a zonas comunes: en uno se sirven las comidas y en el otro hay una sauna para quienes busquen su momento de relax. Cada cierto tiempo, el hotel cambia de ubicación aunque ahora mismo se encuentra en Amberes.

Sleeping Around

Italia. ¿Quieres pasar una noche o dos en una cápsula que parece oscilar al borde de un precipicio? Bivacco Gervasutti, situado a 2.835 metros de altura en el glaciar Frebouzee, fue la primera cabaña de madera construida en 1948 en memoria del alpinista Giusto Gervasutti. Sin embargo, en 2011 sufrió una transformación radical y ahora es un refugio de montaña que dista bastante de aquella clásica casita alpina. Gracias a su diseño sostenible, funciona con energía solar, tiene acceso a internet y además su interior dispone de salas de estar, comedor y dos dormitorios que pueden acomodar hasta 12 personas. Allí, donde la naturaleza despliega su máxima grandeza, disfrutarás de unas fantásticas panorámicas del Valle italiano de Ferret (Mont-Blanc).

Bivacco Gervasutti

Noruega. Durante más de 150 años, el Faro de Molja ha alumbrado durante la noche a los barcos que entraban en el puerto de Alesund. Los propietarios del Brosundet quisieron que este guía de luz llenase de magia su establecimiento y obtuvieron un contrato de cien años para poderlo explotar. Al final del embarcadero, a cinco minutos andando desde la recepción, se erige la habitación 47, la más especial de todas. El estudio de arquitectura nøhetta, conocidos por el diseño del Oslo Opera House y el Museo de la Zona Cero de Nueva York, aceptó el desafío encantandor de adaptar el interior del faro. Sin duda, han conjugado con gran acierto una mezcla de estilos. El rústico de un auténtico (y todavía activo) faro se fusiona sin dramatismo con unas instalaciones que se saben modernas.

Noruega

Estados Unidos. El Featherbed Railroad Company, en California, ofrece una experiencia de alojamiento verdaderamente única: pasar la noche en vagones vintage de ferrocarril. Nueve en total, cada uno decorado con temáticas de lo más variopinto. Entre las habitaciones más llamativas están la Orient Espress, en estilo Art Decó, la Easy Rider que tiene un jacuzzi para dos y un cabecero con un manillar de Harley Davidson o la Loose Caboose, en terciopelo rojo y con reliquias del Mustang Ranch: el primer prostíbulo legal del estado de Nevada. Dado que los vagones se mantienen estáticos, puedes compensar la carencia del hipnótico traqueteo del tren disfrutando de las vistas al lago Clear. Son para enamorarse.

Vagones de tren

Bolivia. Situado a orillas del majestuoso Salar de Uyuni, a tan solo 25 kilómetros de la ciudad del mismo nombre, está el Palacio de Sal. Se trata de un hotel único en el mundo ya que sus más de 4.500 metros cuadrados están construidos íntegramente a base de sal: paredes, pisos, techos, muebles, esculturas... ¡Tienen incluso un campo de golf de sal de 9 hoyos que está diseñado por Christian Pensu! Un establecimiento en equilibrio con la naturaleza y con la singular belleza del paisaje que lo rodea: el mayor desierto de sal continuo y alto del mundo que incluso se ve desde el espacio. Cuando acaba el día, las puestas de sol y los cambios de color que se producen en el salar son increíbles, sobre todo, con la imagen que dejan las impresionantes sierras en la distancia.

Hotel sal
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