La Diputación de Málaga está trabajando en la elaboración de una 'Carta verde' para la implementación de buenas prácticas de gestión medioambiental en su funcionamiento diario.

Esta es una de las apuestas de la institución provincial en su estrategia de lucha frente al cambio climático en la provincia. Así, desde el Área de Medio Ambiente y Promoción del Territorio se han mantenido reuniones con otros servicios y áreas de esta institución para unificar y concretar diferentes acciones.

Se trata de medidas para conseguir una mejora ambiental de los edificios que forman parte de la Diputación, como puede ser una disminución en el uso de papel, una mejor gestión de los consumos, una apuesta por las compras sostenibles y un mayor impulso de la Administración electrónica, entre otros apartados.

La diputada de Medio Ambiente y Promoción del Territorio de la Diputación de Málaga, Marina Bravo, ha explicado que uno de los retos que se marca la propia institución es la gestión medioambiental en los diferentes centros de trabajo "como una labor que compete a todo el personal que trabaja en la Diputación de Málaga".

"El respeto al medio ambiente es prioritario, ya que los problemas medioambientales no afectan solo a la naturaleza, sino también a la calidad de vida de las personas", ha sostenido en un comunicado.

Este compromiso para que la Diputación tenga un funcionamiento diario más sostenible se enmarca en su estrategia de lucha frente el cambio climático en la provincia. La pasada semana se presentó 'I love Málaga viva' y las primeras acciones de plantaciones participativas, que se pondrán en marcha en noviembre con el reto de la plantación de un millón de árboles hasta 2020 (www.malagaviva.org).

Esta estrategia incluye un conjunto de actuaciones que se encuadran sobre tres pilares básicos: la reducción de las emisiones de CO2 y la lucha contra la erosión; el aumento del uso de energías renovables y la mejora de la eficiencia energética.