El último concierto de AC/DC en Philadelphia, con el que la banda cerró esta semana su gira Rock or Bust World Tour, supuso un momento clave en la historia del grupo, cuya continuidad ahora mismo es una incógnita.
El principal motivo para esta incertidumbre es que el citado concierto fue el último de Cliff Williams, bajista del grupo desde 1977 y mayor apoyo de Angus durante estos dos últimos años de merma constante y de problemas para seguir adelante.
Cliff considera que a sus 66 años ya ha aguantado suficiente. Malcolm lo dejó en 2014 y ahora está interno en una residencia aquejado de demencia, el baterista Phil Rudd tuvo que apartarse también ese año por culpa de un serio encontronazo con la ley y el vocalista Brian Johnson se retiró el pasado marzo por una incipiente sordera.
La inesperada salida de Brian propició el fichaje de Axl Rose de Guns n' Roses, algo que, a pesar de la sorpresa, ha terminado convenciendo a miles de fans. Está por ver qué sucede ahora que la banda ha cumplido las fechas previstas con Axl Rose al micrófono.
Cliff Williams se baja del carro después de 39 años poniendo el ritmo a los cañonazos de AC/DC. Definitivamente, todo lo que ha sucedido en el seno del grupo desde que se hizo pública la enfermedad de Malcolm Young ha terminado siendo demasiado. Ya era demasiado para los fans más clásicos, que no querían ni en pintura a Axl Rose. Y ahora el bajista parece darles la razón y Angus queda al frente en solitario.
Así las cosas, Angus, de 61 años tiene dos posibilidades bastante básicas: seguir o no seguir. Si sigue, su única opción es mantener su alianza con Axl Rose, pues ambos conforman una pareja suficientemente carismática, mediática y magnética como para ofrecer garantías y conservar su mastodóntico poder de convocatoria.
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