Las refinadas miniaturas netsuke, usadas en Japón para suplir la falta de bolsillos de los quimonos

  • El Hermitage de San Petersburgo expone una colección de los colgantes usados en Japón para llevar bolsas atadas al cinturón de las vestimentas sin bolsillos.
  • Usados desde el siglo XVII, eran tallas de gran mérito artístico y valor esculpidas en forma esférica en madera, marfil, hueso o piedra y muy ricas en detalles.
  • Desde la segunda mitad del XIX los 'netsuke' conquistaron el corazón de los nobles europeo por su exquisitez, solamente sencilla en apariencia.
Un netsuke imaginativo tallado en Osaka en marfil y cuerno por el artesano Mitsuhiro
Un netsuke imaginativo tallado en Osaka en marfil y cuerno por el artesano Mitsuhiro
Cortesía Hermitage San Petersburgo
Un netsuke imaginativo tallado en Osaka en marfil y cuerno por el artesano Mitsuhiro

Los japoneses tenían un problema con el vestuario tradicional del básico kosode —una bata en forma de letra T de uso cotidiano— y el más complejo y elegante kimono: ninguna de ambas prendas cuenta con bolsillos para almacenar las pequeñas cosas u objetos de uso cotidiano, desde tabaco hasta dinero. La solución vino dada por los netsuke, colgantes que se sujetaban a las fajan anchas o cinturones de las vestimentas para poder atar contenedores o bolsas trenzadas, de tela o de piel.

El uso de los netsuke está en la definición etimológica de la palabra —los caracteres japoneses para ne y tsuke significan "raíz" y "fijar"—. Como tantos otros objetos de uso diario en la exquisita artesanía japonesa, se convirtieron en piezas de artesanía de exquisito acabado e imaginativas formas. El museo Hermitage de San Petersburgo expone, hasta el 16 de octubre, Netsuke. Japanese Miniature Sculptures from Private Collections, una colección de varios centenares de estos objetos de origen práctico que terminaron por convertirse en artesanía de nivel cercano al arte.

'Puramente utilitario'

Los organizadores destacan que a partir de un uso "puramente utilitario" el netsuke se convirtió en un adorno con carácter de alhaja que aparecía tanto en los trajes de samuráis como en los vestidos de los ciudadanos ricos de Japón en el siglo XVIII. En la segunda mitad del XIX, el adminículo "conquistó los corazones de los coleccionistas europeos".

La muestra, organizada en colaboración con la International Netsuke Society, despliega algunos de los ejemplos más logrados de este aditamento, solamente sencillo en apariencia. Los artesanos de dos ciudades, Osaka y Kyoto, se disputaban la categoría de contar con los mejores maestros en el siglo XVIII.

Un jabalí durmiente

Se muestran netsukes de los talladores más populares de ambas urbes.  Yoshimura Shuzan (1700-1773), de la primera, es el autor de un netsuke de una grotesca figura humana, tallada en madera de ciprés y pintada con pigmentos minerales. De las obras de su contemporáneo Satake Soshichi (1727-?) han sobrevivido muy pocas, pero la exposición exhibe un delicado jabalí durmiente, de madera tallada con una precisión de detalle pasmosa dada su dimensión (55 milímetros).

La mayoría de los netsuke de Kyoto de la misma época tienen motivos animales, reales o imaginarios. Dos de los talladores estrella de la época fueron Tomotada, de quien se muestra un búfalo, e Inaba Tsūryū, autor de una bestia mítica con el cuerpo de ciervo, cabeza de dragón, piernas y cascos de caballo y cola de león. El animal, que está sentado sobre sus ancas, parece estar aullando a la luna.

Una tortuga saliendo de un huevo

El temario de los artistas fue ampliándose con el tiempo para mostrar animales dinámicos —una tortuga emergiendo de la cáscara de un huevo—, escenas de costumbres —mujeres lavando en un río—, tallado de poemas, paisajes tridimensionales en el interior de esferas, ciudades dentro de conchas... Los artesanos empezaron también a ampliar los materiales: los netsuke dejaron de ser de madera o marfil, los materiales más comunes en principio, para admitir el coral negro, los huesos de ballena, los dientes de tigre, los cuernos de rinoceronte, la piedra...

Aunque la producción de este accesorio entró en decadencia en la segunda mitad del siglo XIX, coincidiendo con el menor uso de la vestimenta tradicional, los netsuke encontraron una salida no relacionada con la funcionalidad: la confección de recuerdos turísticos exóticos como esculturas en miniatura.

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