Según una nota de la Autoridad Portuaria, como punto de partida habrá que reducir la anchura de la bocana en 8 metros, pasando de los 31 actuales a 22. Para ello habrá que recrecer el lado tierra de la misma mediante un muro de hormigón de 8 metros de ancho por 8 de alto, y ejecutar asimismo a lo largo de la bocana un muro del mismo material pero con 5 metros de altura en el que se anclarán las compuertas de cierre.
Las compuertas elegidas alcanzan los 4 metros de altura y 24 de ancho, lo que permitirá el cierre hermético de la bocana hasta la cota +3,50. Con movimiento en el plano vertical, se mantendrán cerradas mientras no haya tráfico, imposibilitando la entrada de oleaje alguno a la dársena.
Las compuertas podrán ocupar cuatro posiciones diferentes. La sumergida, con ambas unidades apoyadas sobre la losa de fondo de hormigón; la posición intermedia, como configuración que cubre con cierto margen tanto el nivel de la bajamar media como el de la máxima; posición de cierre, hace lo propio con los niveles de la pleamar media y la máxima, y la posición de mantenimiento, con ambas compuertas fuera del agua para someterlas a labores de mantenimiento.
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