El gigante 'Supervivientes': así se hace un programa desde el otro lado del mundo

  • El reality de Telecinco, producido desde Honduras, es uno de los más grandes con 170 profesionales, 32,5 toneladas de equipo, tres helicópteros...
  • 20minutos ha pasado cuatro días en los Cayos Cochinos, el archipiélago donde las cámaras registran la vida de los famosos 'supervivientes'.
  • VÍDEOS: La visión de Gus Hernández de 'Supervivientes', por dentro.
Un cámara de 'Supervivientes' graba imágenes de recurso en Playa Uva, una de las localizaciones del reality.
Un cámara de 'Supervivientes' graba imágenes de recurso en Playa Uva, una de las localizaciones del reality.
ISRA ÁLVAREZ
Un cámara de 'Supervivientes' graba imágenes de recurso en Playa Uva, una de las localizaciones del reality.

En el teatro la cuarta pared es el público. El fondo del escenario y los laterales forman las tres primeras paredes y el espectador hace la cuarta. En televisión, sin embargo, esa cuarta pared esconde una cámara secreta, un doble fondo invisible.

En esa capa transparente se esconde una cámara secreta. En ese habitáculo inadvertido trabajan, disciplinados y profesionales, los responsables de que la televisión nos muestre el mundo. O un pequeño rincón de él o apenas un plató desde donde alguien nos habla. Esa zona fronteriza llena de trabajadores de todo tipo es pretendidamente cristalina. Usted no debería verla.

20minutos ha acompañado durante cuatro días al equipo que realiza Supervivientes (Telecinco) el paradigma de la realización y producción televisiva, un auténtico gigante en el que hay más de cinco puntos de directo, un plató, vídeos, debate con un decena de contertulios y/o familiares, conexiones a 8.000 km de distancia... y todo eso, desde un lugar en el que la selva es la dueña de casi todo.

La mitad de Supervivientes, quizá la mitad más compleja, se realiza desde Honduras, desde la costa norte, en un archipiélago llamado Cayos Cochinos, conformado por pequeñas islas rodeadas de playas de postal bañadas por el mar Caribe.

En esas playas, y en algunas del continente, pues hay diversas localizaciones, concursan un grupo de personajes conocidos, famosos y estrellas de la televisión, que, en teoría, tienen que llevar a cabo la difícil tarea de convivir (y evitar que sus compañeros deseen verles volver a España), sobrevivir y hacer las pruebas de recompensa que el programa les propone. Si lo llevan a buen término y se ganan el favor del público, uno de ellos conseguirá los 200.000 euros del premio.

Sin embargo, muchos de ellos ganan el premio cada segundo que están allí. Los salarios semanales de los "supervivientes" oscilan entre los 35.000 y los 2.000 euros aproximadamente. Sólo así se entienden las penalidades que aceptan pasar y que algunos estén hasta tres meses pasando frío y hambre, a la intemperie y sufriendo a los mosquitos.

Pero si los espectadores pueden recrearse en el mal vivir paradisíaco de los concursantes es gracias al equipo de 130 españoles (también algún italiano) y los 40 locales que realizan el programa. Todos ellos tienen como base de operaciones el Hotel Palma Real, en la Ceiba, la zona de costa justo en frente del archipiélago de los Cayos Cochinos.

La localización "parece hecha a medida para Supervivientes", según cuenta Héctor Gutiérrez, productor ejecutivo. "El Palma Real está entre los hoteles más grande de Honduras, tiene muelle y helipuerto, está a media hora de los cayos en barca y muy cerca del hospital...", explica Gutiérrez.

Pero eso no es suficiente. Hay que añadirle las 32,5 toneladas de material técnico y de producción que llega hasta Honduras desde Europa en barco y que hay que instalar exprofeso en el hotel y las islas. Eso incluye casi 10 km de cable de fibra óptica submarino, torres de comunicaciones, antenas de conexión satélite (hay dos satélites disponibles para el programa), generadores de electricidad, ordenadores, servidores, mesas de mezclas... la lista es infinita.

Héctor Gutiérrez y su compañera en la producción ejecutiva, Federica Meroni Cravero, son los primeros en llegar a Honduras, en diciembre. En ese primer viaje valoran el estado de las localizaciones, visitan nuevas y comienzan los contactos con los proveedores y autoridades locales. Mes y medio antes del inicio de Supervivientes (a primeros de junio) regresan con un pequeño equipo que prepara las infraestructuras para el resto. Durante cuatro meses, el hotel es prácticamente tomado por los profesionales de Bulldog, la productora que esta edición, por primera vez, se encarga de la producción de Supervivientes.

La producción de Supervivientes es muy compleja. Tanto, que sólo España e Italia hacen este formato en directo. Sólo en un día de gala pueden intervenir tres helicópteros, una docena de viajes en barco para la preparación, unos 40 viajes y traslados en barca pequeña o mediana y hasta dos patrullas de la Armada de Honduras, que evitan que otras embarcaciones interrumpan el tránsito o el directo.

En los cayos la principal localización está en Cayo Menor. Es una isla que bien podría haber servido para la serie Perdidos. Allí hay una serie de casas y estructuras de la fundación que protege esta reserva natural, además de un control de realización que por fuera parece una caseta sin demasiadas pretensiones y que dentro esconde una tecnología y montajes propios de la NASA. La señal que se produce allí (a pocos metros está el plató conocido como la palapa) recorre los 30 km que hay hasta el Palma Real, sube unos 36.000 km hasta el satélite y recorre esa distancia de nuevo hasta Madrid, cubriendo los más de 8.000 km de océano entre ambos puntos.

En el Cayo Menor los profesionales de Bulldog, la productora, trabajan entre las iguanas que pasean tranquilas por la playa y entre las palmeras. Trabajar en los Cayos no es fácil. A pesar de que uno de los trabajadores afirmaba reflexivo a 20minutos que su oficina es una isla en el caribe, el ritmo y las exigencias del trabajo ponen a prueba a estos profesionales.

Hay cinco equipos de cámara (compuestos por un operador de cámara, un redactor o inspector de playa y en ocasiones un sonidista). Dos en cada una de las principales localizaciones (uno graba al grupo y otro pivota siguiendo a los concursantes que se puedan separar) y otro equipo en la "playa itinerante" una suerte de limbo preexpulsión.

Estos equipos trabajan doce horas y libran día sí, día no. Pero hay muchos otros puestos, no sólo a la intemperie, donde sufren, como los concursantes, el sol constante, los mosquitos, el calor... sino también de oficina, de redacción, de guión (por ejemplo para diseñar los juegos), volcado de imágenes, catalogación y minutado de las mismas... todos los días se producen casi 50 horas de vídeo.

Sin embargo, los profesionales que hacen Supervivientes suelen repetir experiencia, aunque este año hay un 60% del equipo que es nuevo, probablemente por el cambio de productora. Viven en el hotel, en habitaciones o en las villas del complejo. Comen en el enorme restaurante del residencial, donde tienen un cocinero español, Sergio Blas, que hace un menú alternativo al del hotel, "lentejas, si tengo, y gazpacho todos los días porque les encanta", cuenta el cocinero, que ha llegado a hacer hasta 800 croquetas de una sentada. Los días de prime time, Sergio ve la gala en una sala de edición junto con otros compañeros que libren o no participen en la gala. "Es como ir a misa", dice.

En Supervivientes las jornadas comienzan temprano. Allí amanece en esta época antes de las cinco de la mañana y el sol se pone pronto, antes de las seis de la tarde. La jornada acaba siempre con reuniones, ya sean de producción o escaleta, a última hora de la tarde.

Uno de los trabajos más llamativos en Supervivientes es el de inspector de playa. Se trata de un redactor o redactora que acompaña a los equipos de grabación que están con los concursantes (y que envían paquetes de imágenes al hotel siete veces al día, mediante recogida de las tarjetas de memoria o por microondas). Es la única persona que en un momento de urgencia, puede interactuar con los famosos.

Los concursantes deben vivir el aislamiento y olvidar las cámaras, por lo que el protocolo es riguroso. Antes de ir a la isla a grabar no se fuma, ni se usa desodorante. Los concursantes podrían olerlo y lo echarían de menos, rompería su sensación de vivir como náufragos. Además, no se les habla y ni siquiera se les mira a los ojos. Ni siquiera llevan gafas de sol de espejo: los concursantes podrían mirarse y ver su aspecto antes de tiempo.

Los miembros del equipo de grabación, en el raro caso de tener que hablar entre ellos, nunca usan sus nombres, sino sus funciones: "cámara", "redactor", "sonido", son sus apelativos cuando están sobre el terreno.

"Algo de compasión sí que sientes", dice a 20minutos un cámara del programa. Pero jamás se dejan llevar por esos sentimientos. "Como profesional a veces te dan ganas de decirles algo, por ejemplo para sacar un mejor plano, pero nunca lo hacemos, para ellos tenemos que ser transparentes".

Y sí, siguen siempre a los concursantes. "En ocasiones hacen sus necesidades delante de ti", explican, "y eso significa que se han olvidado, que están viviendo el reality, que han olvidado las cámaras".

En los cayos, para un miembro del equipo la crema solar, el repelente y una muda de repuesto son imprescindibles. Esto último es útil cuando se levanta mala mar, no se puede volver al hotel y los trabajadores tienen que quedarse a dormir en el cayo. A veces, cuenta una de las profesionales, si corre el aire duermen en el muelle y "ves pasar las mantas raya, el resplandor azul del plancton y millones de estrellas". Pero si no corre el aire... sólo pueden sentir los mosquitos al acecho.

Las condiciones de los concursantes son tan rudas como parecen. Sólo beben agua del tiempo y algún isotónico si es necesario por salud. Comen lo que pescan o ganan en las pruebas de recompensa y duermen a la intemperie. El algunas localizaciones tienen el lujo de una pequeña letrina para las aguas mayores.

Sólo pueden pescar, pues los Cayos Cochinos son una reserva natural, por lo que se les prohíbe cazar. Para los refugios sólo pueden usar los materiales que les da la organización, porque está prohibido cortar arbustos o árboles.

Elías Aguilar es el Guarda Recursos de la Fundación Cayos Cochinos y explica que la producción tiene un mínimo impacto en la reserva natural. "Las medidas son muy estrictas. La basura se saca todos los días". "Es más, la productora limpia todas las zonas de la basura que trae el mar", explica. Todos los realities que se hacen en la zona están obligados a firmar los convenios de protección del medio ambiente.

Los Cayos Cochinos son un archipiélago llamado así por los cerdos que los piratas ingleses abandonaban en las islas (la mayoría son hoy en día de propiedad privada) con la esperanza de que criaran y hubiera caza para posteriores escalas. Los supervivientes concursan rodeados por 110 especies de coral, 150 especies de peces (tortugas marinas, barracudas, tiburones enfermera y ballena...) y de la cultura garífuna, propia de los nativos de los cayos y la costa cercana.

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