Las denuncias por ruidos saturan a la Policía Local

  • En más del 70% de las reclamaciones, cuando los agentes llegan las molestias ya han cesado.
  • En agosto sólo se hicieron cuatro mediciones.

«No hay personal suficiente para intervenir y el botellón no está prohibido».

Ésta es la respuesta con la que se topó un vecino de la calle López de Neira cuando el pasado 10 de agosto telefoneó a la Policía Local para reclamar su presencia ante el ruido que los jóvenes provocaban en la calle.

Pero esta situación no es excepcional.

La falta de personal ha hecho que los agentes llegasen tarde en el 72% de las reclamaciones atendidas, pues el ruido ya había cesado.

De esta forma, de las 26 mediciones reclamadas el pasado mes, sólo se efectuaron cuatro y, de ellas, tres fueron positivas y una negativa.

Hartos de todo 

Esta situación está provocando ya la desidia de algunos ciudadanos.

«Este año tengo ya ocho llamadas por la noche por problemas de ruidos. En todas me dicen que van a venir, pero luego no llegan a presentarse», explica Javier Quintana, presidente de la Asociación Viguesa contra el Ruido.

Precisamente este colectivo asegura que los agentes «escogen» las calles a las que acudir.

Actualmente, zonas de marcha como Rosalía de Castro, Inés Pérez de Ceta o Areal son calles en las que las reclamaciones son numerosas, aunque los agentes no llegan a personarse, según Quintana.

Sin embargo, desde esta asociación notan un mayor control en Teófilo Llorente, donde un local ya cuenta con tres mediciones por encima de lo permitido.

Lejos del «ruido cero»

La promesa del alcalde de Vigo que lograr el «ruido cero» en la ciudad aún no se ha cumplido.

«Por ahora, las cosas siguen igual», explica el presidente de la Asociación Viguesa Contra el Ruido.

Y eso que lo peor aún está por llegar: Según los datos de la Policía Local, el periodo de más incidencias abarca desde diciembre hasta marzo.

Fines de semana

Sólo hay dos agentes destinados a realizar esta labor de control sobre el ruido.

Los viernes y sábados dos agentes de paisano se dedican a realizar mediciones sonométricas, pero el retraso que supone tener que ir al Concello a coger el sonómetro hace que no siempre lleguen a tiempo.

Picaresca

Por las noches, cuando se oyen sirenas o corre la voz de que una patrulla está por los alrededores, en apenas unos minutos, todo ruido que haya en las calle enmudece como por arte de magia.

Los más rápidos son los locales.

Sólo con la llamada a la Policía Local muchos bajan la música e incluso llegan hasta a cerrar, según han podido constatar los vecinos de las zonas de marcha de la ciudad.

Efectos secundarios

En los últimos cinco años, el número de jóvenes vigueses con pérdida leve de audición se ha multiplicado por ocho.

La causa no es otra que la exposición al ruido excesivo que producen las obras, la música alta o el tráfico.

El mapa de ruidos lleva tres meses de retraso

En Vigo hay 31 calles acústicamente saturadas.

En 2004 entró en vigor una normativa europea que obliga a los núcleos de más de 100.000 habitantes a informar de sus niveles de ruido.

Además, la ley obliga a todas estas ciudades a diseñar un mapa de ruidos.

Este documento tendría que haberse presentado ante la UE el pasado mes de junio, pero el mapa de ruidos de Vigo aún no está concluido.

Así, con tres meses de retraso, en la ciudad sólo hay ordenanza de ruidos, que aún no está vigente.

Aquí se contemplan hasta 31 calles como acústicamente saturadas, la mayoría del entorno de las calles Churruca y Areal.

En estas zonas ya no se concederán más licencias para la apertura de locales de ocio nocturno.

Pero el ruido vigués no sólo lo producen los pubs o discotecas.

El 85% de las denuncias por ruido recibidas en la Policía Local se producen entre particulares.

Gritos, molestias por instalaciones de aire acondicionado o portazos son algunas de las reclamaciones.

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