Las poblaciones de lince ibérico y águila imperial de Doñana han disminuido en 2015

  • Es el segundo año consecutivo en el que estas especies disminuyen.
  • La falta de conejos por el brote de una nueva enfermedad del roedor parece ser la causa que afecta a ambas poblaciones.
  • Además los atropellos son una grave amenaza para el lince ibérico.
La imperial ibérica es el águila más amenazada de Europa
La imperial ibérica es el águila más amenazada de Europa
SEO/BirdLife
La imperial ibérica es el águila más amenazada de Europa

Las poblaciones de águila imperial y de lince ibérico de Doñana, dos de las especies en peligro de extinción más emblemáticas de este espacio protegido, han vuelto a disminuir en 2015, por segundo año consecutivo, según los últimos censos oficiales facilitados por la Junta de Andalucía.

Responsables de la conservación de ambas especies endémicas de la Península Ibérica aducen que la falta de conejos, como consecuencia de un nuevo berote de la enfrmedad vírica que padece este lagomorfo, explica el declive del lince y del águila imperial ibéricos en Doñana, dado que es su principal alimento.

La caída de la población de águila imperial en Doñana, de la que el año pasado se censaron sólo nueve parejas, frente a las once de 2014 y las diez de 2013, contrasta con la expansión de esta especie en el resto de Andalucía y de España, donde en 2015 se contabilizaron más de cien y casi quinientas parejas, respectivamente.

Ambas cifras son las más elevadas de la población del águila imperial desde que hace décadas comenzaron los programas para evitar la extinción de esta rapaz, emblema de la biodiversidad ibérica.

La situación de esta rapaz en Doñana sería mucho más grave si no fuese por la reintroducción acometida a mediados de la pasada década en la zona gaditana de la Janda, donde se han fijado nuevas poblaciones de esta rapaz de las que procedieron ejemplares que conforman al menos tres de las nueve parejas censadas en Doñana el año pasado.

Respecto a la situación del lince ibérico en Doñana, población que oficialmente ha pasado a denominarse Doñana-Aljarafe porque buena parte de ella se ha expandido fuera de este espacio protegido, en la comarca sevillana del Aljarafe, el año pasado se censaron 76 ejemplares, cuatro menos que en 2014.

Esta cifra es la más baja de la población de este felino en Doñana desde 2009, y supone un descenso de más del 18%, a pesar del traslado a Doñana en los últimos años de seis linces -cuatro machos y dos hembras- desde las poblaciones de Sierra Morena.

Se da la circunstancia de que al menos la mitad de los cachorros nacidos en Doñana desde 2011 son descendientes de estos felinos procedentes de Sierra Morena, cuyo traslado a Doñana también trató de paliar la pérdida de una docena de linces ocurrida en 2007 tras la aparición de un brote de leucemia felina.

Los atropellos se han consolidado, junto al desplome de la población de conejo, en la causa principal de la reducción de la población de lince ibérico en Doñana, donde el año pasado murieron atropellados tres ejemplares, a los que se suman otros dos, contabilizados en los tres primeros meses de este año.

La amenaza de la modificación del entorno

Además de la destrucción del hábitat, la modificación de este es otra de las amenazas a las que se enfrentan las especies que habitan en el país. Un claro ejemplo es que que encontró El Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de Los Navalmorales (Toledo), que recuperó este lunes un águila real herida tras recibir una descarga eléctrica en el paraje de 'El Raso', en el término municipal de Los Navalucillos (Toledo).

Durante su servicio ordinario, esta patrulla del SEPRONA observó que este ejemplar de águila real realizaba vuelos cortos para terminar posándose sobre las jaras existentes en el entorno, lo que extrañó a los agentes, ya que éstas rapaces evitan la presencia humana elevando el vuelo, según ha informado la Delegación de Gobierno en nota de prensa.

Esto les hizo sospechar que pudiera encontrarse herida, lo que constataron tras recogerla. Seguidamente, recorrieron la zona ante la posibilidad de que hubiera otros ejemplares heridos, no hallando ninguno más.

Posteriormente, el SEPRONA de la Guardia Civil de Los Navalmorales entregó el águila real en el Centro de Estudios de Rapaces Ibéricas (CERI) que la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha tiene en la localidad de Sevilleja de la Jara, para que fuera examinada.

Desde este centro confirmaron que se trataba de un ejemplar adulto que había sufrido una descarga eléctrica y que sería devuelto a su entorno natural una vez que se hubiera recuperado.

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