Greenpeace pide a la Junta no autorizar la búsqueda de uranio en Extremadura

  • La organización recuerda que ya Extramadura ha sufrido en el pasado los efectos perniciosos causados por la industria nuclear.
  • Aluden al peligro para la salud humana y para la naturaleza.
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Alerta radiactiva
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La organización ecologista Greenpeace ha solicitado a la Junta de Extremadura que no conceda a la empresa canadiense Mawson Resources Ltd . los permisos de investigación para obtención de uranio en La Haba (Badajoz).

Greenpeace, en sendas cartas remitidas al presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, y el consejero de Industria y Medio Ambiente, José Luis Navarro, justifica esta petición en "los efectos negativos para la salud pública y de los trabajadores y para el medio ambiente de esta actividad".

Añade que esta multinacional pretende conseguir de la Junta de Extremadura dos "permisos de investigación" en las áreas de La Haba, Corredor de la Guarda y Las Cruces-Manantial (17.837 hectáreas), por un periodo inicial de tres años.

Señala que Extremadura "ya ha sufrido los impactos de la minería del uranio por las actividades emprendidas por la Junta de Energía Nuclear (ahora denominada CIEMAT ), en los años 60, y por la Empresa Nacional del Uranio (ENUSA) en los años 80 y 90". Para esta organización, "estos antecedentes " ya deberían ser suficientes para que la Junta de Extremadura denegase la solicitud de Mawson Resources LTD.

Muy contaminante

Asegura que la minería del uranio es una actividad muy contaminante, con demostrados efectos negativos para la salud pública y de los trabajadores y para el medio ambiente, además de sus desastrosos efectos para el paisaje y el medio natural.

También afirma que numerosos trabajos científicos y diversos estudios epidemiológicos han establecido la relación causa-efecto entre la actividad minera del uranio y diferentes enfermedades de riñón y de pulmón, además de cáncer.

Desesperación industrial

Greenpeace indica que la propia empresa reconoce que la concentración de uranio en la zona de Don Benito, a pesar de ser la más elevada de los 5 emplazamientos europeos que valoran, es tan sólo del 0,12 por ciento.

Entre todos los emplazamientos, Mawson Resources considera que podrían conseguir 2 millones de toneladas de uranio para lo que tendría que provocar un movimiento de tierras de más de 1.600 millones de toneladas. Para Greenpeace, este intento de buscar uranio en yacimientos ya clausurados por falta de rentabilidad se debe a la desesperación de la industria nuclear por la escasez de uranio comercial.

Contra el medio ambiente

Además, desde el punto de vista del medio natural, el área en la que se pretende realizar la explotación minera conserva dehesas de encinar de gran interés ecológico y paisajístico, con gran variedad de fauna y flora, que forman parte de la Red Natura 2000 de espacios protegidos de la Unión Europea.

La mina se encuentra en el borde del río Ortigas, que desemboca en Medellín, por lo que un accidente o vertidos involuntarios podrían afectar a las Vegas Bajas del Guadiana.

Por estos motivos, Greenpeace considera que la Junta de Extremadura no debería conceder a Mawson Resources LTD las autorizaciones solicitadas para emprender esta explotación, negándose a vender territorio para un proyecto contaminante y de alto riesgo para la seguridad y la salud humana.

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