Vuelta al Arco sin complejos: adiós a los miedos y las medidas

  • En su 35 cumpleaños la feria internacional de arte contemporáneo busca recuperar su inicial libertad.
  • Juana de Aizpuru en 1982 fundó esta reunión y explosión del arte más moderno.
  • Esta edición reúne 224 galerías, 29 países y rinde tributo a su propia historia.
Arco 2016
Arco 2016
JORGE PARÍS
Arco 2016

Es muy Arco. Es la primera sensación y también la última que queda tras recorrer los dos pabellones que ocupa esta feria internacional de arte contemporáneo y que celebra sus 35 años con la intención de situarse de nuevo en los primeros puestos. En palabras de su director, Carlos Urroz, esta edición –y ahí cabe la expresión 'muy Arco'– sí que es "única, excepcional e irrepetible".

En su 35 aniversario el lugar al que mira y se conmemora es Madrid y el tributo lo rinde a su propia historia, un relato que comenzó en 1982 gracias a Juana de Aizpuru, la fundadora. Por ello 33 galerías que han sido importantes para Arco se han reunido en Imaginando nuevos futuros, programa comisariado por María y Lorena del Corral. Además, en el apartado general figuran 167 galerías y 250 coleccionistas de 33 países.

Un universo en el que la única regla es que no hay reglas, sólo lo que a uno le mueva. Porque eso es, y de eso va, este universo.

Capote para el alma. La artista española Ángela de la Cruz, que desde sus inicios tuvo al cuerpo como centro de su obra, en 2001 sufrió un ictus que la dejó en silla de ruedas y dio al cuerpo aún más protagonismo. Todos los lienzos que hace llevan su altura: 1,53 cm, y los cuelga en ese punto exacto. Lo que podría ser un capote colgado esperando a..., es ese capote con el que ella se cura las heridas y da a su arte un protagonismo que no tenía. "Antes sus obras estaban esquinadas y, tras el ictus, todo lo contrario", señala Salomé Parada de Lisson Gallery, donde exhiben parte de sus creaciones.

El cáncer propio como lienzo. Considerada radical en 1975, la feminista Jo Spence (1934-1992) dedicó su vida a reivindicar algunos de los derechos más básicos de la mujer. Cuando le diagnosticaron cáncer de pecho en 1982, se volcó en retratar la enfermedad y mostrar cómo se sentía tratada como un objeto por los médicos: de ahí el impactante y poderoso autorretrato (galería Richard Saltoon) con la X marcada del pecho que le iban a quitar.

El hombre y la tierra. Lo dice el propio dueño de la galería (de igual nombre) Carlos Taché: "Javier Pérez ha retratado en esta obra esa relación que desde siempre está en el arte del hombre y la tierra".

SOS: Colombia. El videoarte de Antonio Paucar, con tres expuestos en la galería Barbara Thumin, ejerce una dura crítica a la situación de Medellín. Droga, violencia, prostitución y militarización van cambiando los zapatos de las piernas que protagonizan la pieza.

La bañera en un lienzo. Sí, es una obra de Antonio López, el rey español en convertir lienzos en fotografías. Esta pintura (óleo sobre tabla, en Malborough), Mujer en la bañera, es de 1968.

De materia, madera y polvo. Esta obra de Antoni Tàpies, en Leandro Navarro, es la síntesis perfecta de los intereses e inquietudes fundamentales y constantes de su obra: la materia, la tierra, el polvo, los átomos y las partículas.

Caracol sin sol. No está claro el motivo pero no pasa inadvertido, y siendo tan pequeño –es un caracol pegado a un cristal (en Art Agency)–, alguna explicación de ubicación tendrá. El significado..., mejor preguntar a Vera Cortés, que es la mano creadora.

No es un desayuno. El sentido del humor y el surrealismo llevado al límite es esta obra titulada, y aquí es donde se entiende todo, Esperando a George Clooney, de Mauro Cerqueiro (en Bar Belgrasslin).

La religión en un peluche. Así refleja Esther Ferrer (galería Angels Barcelona) la historia de las religiones, con osos de peluche como protagonistas. Además del de la imagen, hay otro vestido de policía ante el que costará no detenerse. Consigue lo que pretende: difícil no verla.

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