Los ocho vecinos de Albuñol (Granada) en huelga de hambre desde la medianoche del pasado sábado en protesta por la decisión de Arzobispado de Granada de trasladar a su párroco, Gabriel Castillo, han decidido continuar con ella "de forma indefinida".

Los vecinos tienen intención de mantener esta medida de presión hasta que Castillo sea devuelto al pueblo o, al menos, el Arzobispado de Granada les explique por qué ha decidido trasladarle, según explicó Ana Gracia Cervilla, una de las vecinas de Albuñol en huelga de hambre.

Buena salud

Hasta el momento, las ocho personas que secundan la huelga de hambre, "excepto una mujer de mayor edad", se encuentran bien, indicó Cervilla, quien precisó que no están ingiriendo sólidos pero sí líquidos.

Los vecinos también se quejan de que el pueblo carece actualmente de párroco, ya que, según explican, el que fue designado por el Arzobispado en sustitución de Gabriel Castillo ha pedido el traslado y el vicario territorial que lo sustituía no aparece desde el pasado sábado, cuando un grupo de vecinos se concentraron de forma pacífica en la iglesia, portando pancartas reivindicativas, mientras éste impartía misa.

Por otra parte, el Arzobispado de Granada se reafirmó hoy en su postura, al asegurar que el traslado de Castillo "entra en las prácticas habituales de la marcha de una diócesis" y responde a "necesidades" que se plantean en su seno, según indicó un portavoz de la Curia granadina.

La marcha de Gabriel Castillo, un joven párroco de 27 años muy apreciado por los ciudadanos de Albuñol por su implicación en problemas sociales de la localidad, como la inmigración, provocó las protestas de los vecinos, que, en lugar de disuadir al arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, consiguieron que éste adelantara la fecha de su traslado.

Según los vecinos, la marcha del párroco tiene su origen en rencillas con unas monjas de la localidad, cuya madre superiora está en desacuerdo con los métodos de Gabriel.

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