Ya hay menores de 14 años en Málaga enganchados a las nuevas tecnologías

Pueden llegar a tener tres móviles distintos operativos y facturas de 500 euros mensuales. Se dan casos de adolescentes que duermen con el teléfono.

Es mayor para irse a la cama con el osito, pero Elena (nombre ficticio), de 15 años, no duerme si no es con su teléfono móvil entre las sábanas. Este hecho y las altas facturas que tenía, de hasta 500 euros mensuales, obligaron a su madre a reconocer que existía una adicción a este aparato.

Como ella, otras tres chicas se dirigieron a la sede de Proyecto Hombre en Málaga tras admitir algo parecido. Su edad: entre 14 y 17 años; y sus síntomas: tener hasta tres móviles operativos, quitar dinero a sus padres para recargar las tarjetas y hasta, como Elena, acostarse con él. María del Carmen Torres, responsable del programa de menores de esta fundación, ha visto varios casos también de adicciones a Internet o al messenger. Pero son muy pocos los que se quedan a seguir el tratamiento.

Estos enganches psicológicos esconden problemas de autoestima, conflictos en casa o chicos poco sociables. Internet o los videojuegos se convierten entonces en una vía de escape. «Es más fácil vivir en un mundo virtual donde uno es el héroe», puntualiza Carolina Casado, psicóloga de Amalajer, asociación de jugadores de azar rehabilitados.

Lo peor de estos problemas es que se relacionan con policonsumos, es decir, la adicción a otras sustancias. «Parece un problema secundario, pero primero se enganchan a la consola y luego a cosas más serias. Tuve un paciente que pasaba hasta 14 horas diarias jugando», subraya Pedro Javier Gómez, psicólogo experto en adicciones. La afición por el messenger a los 15 años puede derivar en chats eróticos o en cibersexo y acabar enganchados a llamar a líneas de tarificación adicional con facturas de hasta 3.000 euros, cuenta Rafael Campos, médico responsable del centro Alborán Adicciones.

El 37% de los ludópatas, adictos a videojuegos

Los casinos por la red, nueva vía de acceso. A la Asociación Malagueña de Jugadores de Azar Rehabilitados (Amalajer) llegaban hace tres años una docena de casos anuales de menores de 15 a 18 años enganchados a los videojuegos.

Ahora el panorama ha cambiado y en Amalajer entran jóvenes de 18 a 25 años con problemas de juego patológico. «Un 37% de los que están en tratamiento abusaron de videojuegos en su adolescencia», subraya la psicóloga del centro, Carolina Casado, que subraya cómo ha aumentado también el uso entre estos adictos de Internet. Tanto que los juegos y casinos por la Red son la nueva forma para engancharse de los menores de edad. «Los padres no saben a qué juegan. Mientras estén callados...».

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