El 60% de los jóvenes admiten que en los últimos seis meses se han subido al menos una vez en un coche conducido por un amigo que había bebido alcohol. Además, el 30% admiten haberlo hecho a sabiendas de que el conductor había tomado drogas, según revela el informe presentado este jueves por la Fundación Mapfre y la FAD (Fundación Ayuda para la Drogadicción).

Inferiores, aunque altos, son los porcentajes de los jóvenes conductores que admiten que ellos mismos han consumido alcohol y drogas antes de ponerse al volante. El 39% de los conductores jóvenes admiten haber conducido después de haber bebido, un 10% habiendo fumado porros y un 4,3% tras consumir cocaína o speed.

Alcohol, drogas y jóvenes al volante continúa siendo una combinación habitual, peligrosa, y más abiertamente reconocida cuando la encuesta se contesta como pasajero que como conductor. Los autores de la investigación lo achacan a que también a los jóvenes "les cuesta más reconocer en sí mismos conductas reprochables por la sociedad", en palabras del responsable del estudio, Jesús Monclus, de Fundación Mapfre.

Un hecho incontestable es que de los 68.959 controles de consumo de drogas que hizo la DGT el año pasado entre los conductores el 33% dio positivo. Un porcentaje que sube al 59% en el caso de los conductores que cometieron alguna infracción.

No obstante, la directora general de Tráfico, María Seguí, pidió no estigmatizar a los jóvenes y afirmó en la presentación del estudio que esta problemática no es solo de los jóvenes, recordando que la mitad de las sanciones a conductores que dieron positivo en controles en 2015 corresponde a mayores de 30 años.

"Si hoy redujéramos a cero los conductores que toman sustancias ilegales, serían 900 muertos menos en las carreteras cada año", ha indicado Seguí, quien ha insistido en que la conducción es incompatible con el consumo de drogas y alcohol.

Los altos porcentajes de consumo de alcohol y de drogas al volante que admiten los jóvenes —extraídos de las mil encuestas a chicos y chicas de 16 a 30 años realizadas por Fundación Mapfre y FAD— contrastan con el rechazo significativo que estos mismos jóvenes muestran respecto de las actitudes imprudentes al volante, así como con la conciencia del peligro.

Además, el estudio concluye que, al volante, los jóvenes se perciben en un 70% como "buenos conductores". La mayoría opina que conduce "mejor" que el conjunto y se definen como "tranquilos", "hábiles" y "respetuosos".

Los jóvenes reconocen que es peligroso conducir bajo los efectos de alcohol y drogas, aunque todavía un 17,5% considera que "los amigos ven normal que bebas o consumas drogas aunque tengas que conducir luego". A los autores les llama la atención el dato de que un 14,3% de los jóvenes diga que "aunque un conductor haya bebido o tomado drogas te tienes que montar con él/ella porque no vas a quedarte solo/a". O que un 13,6% de ellos opine que "por la noche, los fines de semana, todos los que conducen han consumido alcohol o drogas; hay que aceptarlo".

La DGT tiene previsto realizar durante este años 2016 más de 120.000 pruebas de detección de sustancias psicoactivas entre conductores en vías interurbanas de toda España, salvo Cataluña y País Vasco, donde las competencias en tráfico están transferidas. La Ley de Seguridad prohíbe conducir con presencia de drogas en el organismo. La sanción es de 1.000 euros y la detracción de 6 puntos.