La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha advertido de los daños que causan a las ballenas grises los altos niveles de ruido que producen las actividades extracción de petróleo en la isla rusa de Sajalin, en el extremo oriental del país.
La organización, con sede en Gland (Suiza), pidió, mediante un comunicado de prensa, que las petroleras controlen la contaminación acústica derivada de sus trabajos de extracción en esas aguas, que son el único espacio conocido donde se alimenta la población de ballenas grises, en grave peligro de extinción.Según los expertos,
Por ello, la organización ecologista pidió a la principal compañía de la zona, Sakhalin Energy, que analice los niveles de ruido emitidos durante la jornada y que programe las actividades de manera que se reduzca al mínimo el tiempo en que los mamíferos están expuestos a altos decibelios.
Pese a las advertencias, la empresa -un consorcio que incluye Gazprom, Shell, Mitsui y Mitsubishi- ha eludido establecer límites a su ruido, según UICN.
Las aguas de la isla Sajalin, la mayor de Rusia, son el espacio donde se alimentan las ballenas grises del oeste del océano Pacífico, que pueden alcanzar los 15 metros de longitud y 20 toneladas de peso.
A diferencia de la población del este, que cuenta con 20.000 ejemplares, la de la región occidental consta sólo de 120 individuos, de los que apenas una veintena son hembras con capacidad reproductiva.
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