El cambio de modelo en cuanto a políticas de movilidad y transporte en Valencia que quiere impulsar el equipo de Gobierno presidido por Joan Ribó ha encontrado aliados en la Generalitat y en los municipios vecinos. Esa visión metropolitana, de interconexión de la capital con su zona de influencia, no se pondrá en marcha de un día para otro, pues se necesitan planificación y recursos, pero este lunes ha dado su primer paso.

El Consell ha convocado a 60 alcaldes de Valencia y su área metropolitana (que en total representan a 1,7 millones de habitantes) para firmar el manifiesto para la futura creación de la Autoridad del Transporte del Área Metropolitana de Valencia, que coordinará y gestionará la movilidad de forma integral (buses urbanos e interurbanos, metro, bicicletas y cercanías). Ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla, Berlín, París, Londres, Bruselas o Ámsterdam disponen de entidades similares.

El principal objetivo es mejorar la calidad del transporte público de viajeros, permitir las conexiones entre los diferentes sistemas y poder optar así optar en 2017 a las ayudas del Gobierno para transporte público mediante el contrato-programa del que disponen las grandes ciudades y que Valencia perdió tras la supresión de la Agencia Valenciana de Movilidad por parte del anterior Ejecutivo autonómico.

La declaración firmada implica la creación de un organismo de coordinación institucional que ejerza las competencias de transporte y movilidad de las poblaciones del área metropolitana en todas las instancias de movilidad. Para ello, se crearán dos comisiones, una institucional y otra técnica, con componentes de varias administraciones.

El Ayuntamiento de Valencia se ha comprometido a que la EMT llegue a más municipios, si bien lo condiciona a no tener más gasto, y a que en 2030 se hayan reducido un 40% los gases de efecto invernadero emitidos en la ciudad. "Las personas tienen derecho a vivir y trabajar pasando fronteras municipales, sin que ello suponga un problema en su vida diaria. No tiene sentido que sí se pueda atravesar una calle, pero no poder desplazarte en la misma bicicleta pública o no poder coger un autobús", sostiene Ribó.

El futuro modelo de transporte metropolitano integrado debe aportar, según la consellera de Obras Públicas, María José Salvador, una calidad de servicio similar o superior a la del vehículo privado. Además, debe apostar por la mejora de la información en tiempo real, la regularidad de los servicios, la velocidad comercial, el confort de viaje, las condiciones de espera y por una adecuada accesibilidad para las personas con movilidad reducida. También debe promover un atractiva política tarifaria y de comunicación.