La ciudad estadounidense de Seattle atraviesa su peor crisis de indigentes de la historia. En lo que va de año ya han muerto 66 personas sin hogar y su alcalde, Ed Murray, ha decretado el "estado de emergencia" debido a la situación extrema que están viviendo, con la esperanza de conseguir una solución definitiva.

Los datos de 2015 no son alentadores. Al menos 3.772 hombres, mujeres y niños se encuentran sin refugio, siendo un total aproximado de 9.336 personas las que se encuentran en situación de desamparo  —en refugios, casas de acogida o sin techo—. Estas cifras demuestran que se ha producido una subida del 21 por ciento del número de gente que vive en la calle respecto al año anterior —en 2014 había 3.123—. Los datos suponen una estimación, no son exactos ya que es imposible contabilizar a las personas que no quieren ser localizadas.

El número de indigentes fallecidos ha disminuído en comparación con otros años, pero sigue siendo muy elevada. En 2010 hubo 110 víctimas y en 2013, 85. Sin embargo, la cifra actual es más elevada que el total de 2014, que fue de 64. La edad media de las 66 personas que han muerto en lo que va de año por no tener hogar es de 48 años. La mayoría de los fallecidos eran hombres. El mes con más número de muertes fue enero, con un total de doce.

Actualmente las personas que necesitan un albergue superan a la capacidad que pueden ofrecer los alojamientos, dejando demasiadas personas mayores, familias y niños que duermiendo en la calle.

Para paliar la situación de los 'homeless' en Seattle, Murray ha prometido mayores inversiones y servicios y ha creado un plan de medidas para superar la crisis. Entre las propuestas se anuncia una inversión de más de 5 millones de dólares para aumentar la capacidad de los refugios. La ciudad cuenta actualmente con 1600 camas en albergues y añadirá otras 100, además de aprobar la creación de tres nuevos campamentos, programados para lo más pronto posible.

El caos también afecta a la totalidad del condado de King, cuyo ejecutivo, Dow Constantine, asegura la situación de los 'sin techo' es "tan devastadora como cientos de inundaciones e incendios". Asimismo, se refirió a los cambios climáticos que hacen más difícil y peligrosa la vida de las personas sin hogar. "La lluvia está aquí. El frío estará pronto sobre nosotros", advirtió.

Generalmente, la declaración del estado de emergencia está asociada a desastres naturales, huracanes, terremotos, inundaciones... afectan a las ciudades y las debastan pero "el fenómeno es persistente y cada vez hay más personas sin hogar  —aquí y en todo el país—. "Estamos ante una crisis humana", manifestó Constantine en una publicación a través de las redes sociales.

A lo que el alcalde añadió: "Básicamente estamos diciendo lo que podríamos decir después de un terremoto. Han muerto más personas por este movito en la ciudad que después de algunos desastres naturales."

La cantidad de personas que padecen falta de vivienda están creciendo mucho más rápido que la población general del condado.

Seattle, con 9.336 indigentes y 652.405 habitantes, se sitúa en el cuarto puesto del ránking de las ciudades con mayor número de personas sin hogar. Solo Nueva York —con 8 millones de habitantes y 67. 810 sin techo—, Los Ángeles — que posee 3 millones ciudadanos de los que 34.393 están sin vivienda— o las Vegas —con 652.000 habitantes y 9.417 de ellos sin refugio— se encuentran por encima.

Otras ciudades de la costa oeste y un estado declararon el "estado de emergencia" por la falta de vivienda este año. Los Ángeles y Portland dieron el paso en septiembre. Hawaii hizo lo mismo el mes pasado.

Cientos de voluntarios ayudan cada día a los indigentes y encuentran cada vez más personas durmiendo en los portales de las casas y establecimientos, debajo de los pasos elevados, en sus vehículos, en los callejones, o caminando sin rumbo por las calles.

Las razones por las que están sin refugio varían. La falta de solvencia económica, la pobreza, el desempleo, la enfermedad mental no tratada o adicción, y la violencia doméstica, son algunas de las causas que contribuyen a la falta de vivienda.