Austria y Eslovenia amenazan con levantar vallas si siguen llegando refugiados

  • Ambos países se declarar dispuestos a construir defensas como la de Hungría si la política continental sobre los desplazados continúa fracasando.
  • Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, niega la posibilidad de poner alambradas en el espacio de libre circulación de Schengen.
Cientos de refugiados se agolpan en la frontera de Eslovenia con Austria.
Cientos de refugiados se agolpan en la frontera de Eslovenia con Austria.
EFE/Erwin Scheriau
Cientos de refugiados se agolpan en la frontera de Eslovenia con Austria.

Los gobiernos de Austria y Eslovenia amenazaron este miércoles con levantar vallas en sus respectivas fronteras para impedir el paso de refugiados si los países europeos continúan sin aplicar una política efectiva para atender a los refugiados que siguen llegando por millares a través de la ruta balcánica.

Johanna Mikl-Leitner, ministra del Interior austríaca, mencionó la posible construcción de una "barrera técnica de varios kilómetros" con el objetivo de "ordenar" las llegadas, salpicadas de altercados en algunos casos. "En los últimos días, grupos de refugiados se han comportado de forma más impaciente, agresiva y emocional", declaró Mikl-Leitner después de que varios miles de personas rompiesen el cordón policial en la frontera con Eslovenia tras esperar durante horas en medio de las bajas temperaturas otoñales, según recogió Efe.

"Por supuesto que también se trata de una valla. Se trata de permitir un acceso (al país) ordenado y controlado, no de cerrar nuestras fronteras", aseguró , en una entrevista con la radio pública austríaca.

El uso de este eufemismo no tranquilizó al presidente de la Comisión Europea, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, que rechazó esta posibilidad a través de un portavoz y comunicó su intención de telefonear al canciller Werner Faymann (Partido Socialdemócrata). Su ministro de Defensa, sin embargo, defendió este proyecto y prometió que las fuerzas de seguridad actuarían con "humanidad".

La medida, similar a la que aplicó Hungría, llega después de que las autoridades regionales alemanas de Baviera acusaran a Austria de enviarles a miles de refugiados sin haberlos registrado y de manera incontrolada. Mikl-Leitner contestó acusando a Alemania de multiplicar las llegadas con su promesa de no devolver a los refugiados sirios al primer país por el que entraron a la Unión Europea (UE), como establecen las normas comunitarias de asilo.

Austria notificó a Bruselas el pasado 16 de septiembre la reintroducción de controles temporales en sus fronteras con Alemania por un periodo inicial de diez días. El 15 de octubre informó de que iba a prolongar la medida por otros 20 días, algo que permite el código del espacio europeo sin fronteras Schengen, hasta un periodo máximo de 2 meses. La portavoz comunitaria de Migración e Interior, Natasha Bertaud, advirtió de que "aún no se ha llegado" a ese momento.

Eslovenia: "Estamos preparados"

La otra nación que apremia a sus vecinos es Eslovenia. Miro Cerar, primer ministro, alertó este miércoles  de que su país comienza a tener problemas para atender a los recién llegados, después de que más de 86.000 personas hayan ingresado en su territorio desde el 16 de octubre. En esa fecha, Hungría bloqueó sus pasos con Croacia, lo que obligó a los refugiados a tomar el camino esloveno.

"Si es necesario, estamos preparados para colocar la cerca de inmediato", sentenció Cerar -del partido de centro-izquierda Stranka Mira Cerarja- después de reunir al Consejo de Seguridad Nacional y antes de convocar a su Gobierno para el jueves con el objetivo de tratar las posibles medidas de respuesta.

A pesar del enfrentamiento, Eslovenia y Croacia han comenzado a operar el servicio conjunto para trasladar a los refugiados de un país a otro mediante trenes.

Las familias son transportadas desde la frontera entre Serbia y Croacia hasta Dobovo, localidad eslovena en la linde croata.  Desde allí siguen hacia Sentilj, en la frontera con Austria. En total, casi 3.300 personas han sido enviadas de un punto a otro por ferrocarril. Hasta ahora, Liubliana había acusado a Zagreb de enviar a los refugiados de forma incontrolada y sin previo aviso.

Serbia y Croacia acordaron la semana pasada un sistema similar, pero el servicio no ha comenzado a funcionar.

Avances escasos

Miles de sirios, afganos, iraquíes y refugiados de otros países entran cada día a Croacia desde Serbia, otro país de tránsito en la ruta, que comienza en Turquía y sigue por Grecia y Macedonia.

Los países más afectados de la ruta y del destino pactaron el pasado domingo en Bruselas varias medidas de coordinación, entre ellas impedir el traslado masivo de refugiados a los vecinos e incrementar la capacidad de recepción, pero la aplicación de los acuerdos continúa acumulando retrasos. De hecho, la Comisión aún no ha materializado la reubicación de los 120.000 primeros refugiados que los 28 negociaron en el mes de septiembre.

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