La vuelta de las vacaciones es una de las etapas en las que se disparan las inscripciones a gimnasios, y es que realizar actividades físicas tiene numerosas ventajas. El ejercicio, según Ángel Carmona, monitor del gimnasio Altafit Cuatro Caminos de Madrid y entrenador personal, es "uno de los elementos más importantes a la hora de querer llevar un estilo de vida saludable a nivel físico, emocional y mental".

"La actividad física mejora tanto nuestro aspecto como la aptitud física, ayuda a la prevención de enfermedades, baja los niveles de estrés y aumenta nuestra vitalidad", explica el instructor. Aunque abusar de él puede llegar a ser perjudicial para nuestra salud.

Alfonso Méndez, psicólogo y director de la Unidad de Obesidad y Sobrepeso del Instituto Centta, advierte sobre los peligros de la obsesión por el ejercicio: "Es una especie de ansiolítico, nos apacigua, nos calma".El origen puede ser por varias causas, según el psicólogo: "Cuando hay un desmedido culto al cuerpo, obsesivo, detrás puede haber problemas de autoestima".

Para saber si estamos obsesionados, hay una serie de alarmas que podemos atender. "Cuando nos aísla socialmente porque la única preocupación es tener tiempo para ir al gimnasio, se trata de una conducta nociva para nuestra salud mental. Al impedirnos hacer una vida normal se convierte en una conducta disfuncional. La pérdida inexplicable de amistades, la reducción de actividades que antes nos gustaba realizar, la inversión de nuestro dinero en material de entreno o en suplementación pueden ser señales que nos indiquen que algo está pasando".

El cuerpo también sufre los efectos de la obsesión por el ejercicio. Juan José Sánchez, entrenador personal y coordinador del club de ejercicio Desafío Personal, nos habla al respecto: "Uno de los problemas que podemos tener es el sobreentrenamiento, que produce un efecto inverso a lo que pretendemos. Puede llevar a la lesión, derivar en falta de sueño, problemas en el sistema inmunológico, irascibilidad y amenorrea en las mujeres".

Acerca de cuál es la cantidad de ejercicio recomendada, el entrenador explica que alguien sedentario que desee realizar actividad física tiene que "empezar por hacer algo todos los días e ir dilatando los tiempos". Por el contrario, "una persona con alto rendimiento debe distanciar más las sesiones".

Hacer ejercicio sin dejar que nuestra vida gire en torno a él parece ser la clave. "Dejarse aconsejar por los preparadores físicos, ya que son las personas más adecuadas para establecer unos periodos de entrenos y descanso. Desarrollar cualquier actividad dentro o fuera del gimnasio que permita realizar actividades de ocio, sociales, familiares o laborales. No dejar de lado otras fuentes de satisfacción, además del propio ejercicio", dice el psicólogo.

"No es necesario ir al gimnasio o hacer ejercicio para tener una vida más activa y saludable. Si empezamos a incorporar pequeños hábitos como, por ejemplo, dejar de usar el ascensor y coger las escaleras, o hacer parte del camino al trabajo caminando, estamos repartiendo hábitos a lo largo del día", recomienda el coordinador.

No podemos olvidar que la alimentación también influye a la hora de llevar una vida sana. Según Bárbara Sánchez, dietista-nutricionista, "juega un papel fundamental al igual que el ejercicio y el descanso. Tenemos que alimentarnos de una forma saludable y acorde a nuestras necesidades para estar sanos. Lo que comemos nos aporta la energía necesaria por lo que es importante que a lo largo del día tengamos nuestras necesidades de nutrientes cubiertas. Si comemos más de lo que gastamos, engordamos".

"Volver a una alimentación saludable, hacer el número de comidas necesarias durante el día, que la principal bebida sea el agua, basar la alimentación en productos frescos, dejar de lado alcohol, helados y dulces y volver a la alimentación que vamos a llevar durante todo el año" son algunos de los consejos que nos da la dietista-nutricionista para la vuelta a una rutina sana.