Cumple la actriz canaria Kira Miró (1980) uno de sus sueños en la ficción antes que en la vida real: estar embarazada. Lo hace en la obra versionada por Galcerán, El Nombre (Teatro Cofidís, desde el 10 de septiembre), junto a Amparo Larrañaga, Antonio Molero y César Camino. Lleva más de un año de gira, llenando teatros, y pese a ello, no son pocos, nos cuenta en la entrevista, los que por redes le preguntan por qué está desaparecida. "¿Desaparecida?, pero si llevo un año y medio de gira llenando teatros".

¿Cómo lleva estar embarazada?

En la ficción es divertido y te hace consciente de que será duro en la realidad porque te limita movimiento. Y da calor, la barriga de mentira da calor y los tacones con el embarazo tampoco es lo más cómodo.

También se ha metido en el papel de una madre que se tiene que poner tacones con su tripa...

Sí, hago de ejecutiva que trabaja para la moda y tiene que tener su imagen cuidada e ir con tacón.

¿Le ha hecho reflexionar?

Sí, sobre la esclavitud que tenemos las mujeres con la imagen incluso estando embarazadas que se supone que deberíamos ir cómodas. Y dando buena imagen con una barriga tremenda

¿A ellos?

Se inventarían algo, como fofisanos, para justificar que pueden ir hechos un desastre y quede bonito, bien y sexy.

Y nosotras seguro que contribuiríamos...

Sí, seguro que les justificaríamos.

Decía que es divertido en la ficción, pero ¿en la vida real?

El día que lo esté espero que sea divertido y tenga un embarazo bueno, sano y divertido. Espero que me toque algo así y bueno sea como sea al final somos fuertes y se nos olvida ese dolor y tenemos el segundo. Somos unas guerreras.

¿Cree que los tenemos nosotras porque ellos no aguantarían?

Desde luego que lo creo.

¿Quiere ser madre?

Es uno de mis sueños. Me encantaría.

¿Y cómo se imagina?

He hecho de madre en varias ocasiones, y en la vida real también porque crié a mi hermana pequeña. Sé lo que es, o me puedo hacer una idea.

¿Qué nombre le pondría a su hijo o hija? Es el detonante además en la obra de un buen lío...

Ni idea, alguno canario, con carácter, el mío me gusta mucho y me siento muy identificada. Algo que significara algo. Es difícil, ¿eh? Es para toda tu vida y tu carta de presentación, así que cuidado con el nombre que se pone a los peques.

¿Lo que más miedo le da de este papel?

Estar a la altura de lo que pueda. Mi reto era tener mis momentos y hacerme ver entre todos los que somos y estar digna y a la altura de todos.

Una vez dijo que estaba cansada de hacer de pibón, ¿sigue siendo así?

Es verdad que he hecho muchos papeles diferentes pero la mayoría de los que se han visto son de pibón, y no es que esté cansada es que me gustaría ampliar el repertorio. También te digo: me halaga y mientras me dé de comer soy feliz. Mi pasión es trabajar de esto, ya sea de pibón, de lista, de pija o de tonta.

Si le dieran de elegir...

Lo mismo que a estas actrices guapas que al hacer de feas le han dado premios como Charlize Theron o Halle Berry, un papel de fea y a ver si así se premia un poco el talento y me dan un premio...

¿Nos queda mucho?

Tenemos mucho por avanzar y juzgamos a la primera ligeramente sin rascar y no pensamos que alguien guapa puede hacer bien su trabajo, y les quitamos el valor. Y muchas veces lo hacemos entre nosotras. Hay que hacer más equipo. Se pueden tener las dos cosas: ser bella por dentro y por fuera y ser profesional

¿Cuánto le costó dejar de presentadora? Porque así empezó todo...

Mucho, porque hace 15 años, si eras presentadora no podías ser actriz. Antes no, y me ofrecieron proyectos muy jugosos como entrevistadora y dije que no porque quería ser actriz, y no fue fácil, seguí poniendo copas mientras tanto...

¿Muchas copas?

Sí, ser actriz me costó poner muchas copas y alguna depresión, pero al final me he hecho un hueco y ejerzo.

¿Ahora presentaría?

Sí, claro, ahora se pueden ser las dos cosas. Además ya tengo nombre, antes no lo tenía. Y ahora, aunque no he estado de moda nunca, he ido haciéndome un pequeño nombre, tengo una carrera que no es la bomba pero tampoco es una mierda y es la mía.

También es una carrera de fondo...

Sí, y el teatro te da eso. Mucha gente me pregunta qué pasa, que no se te ve y llevo año y medio de gira llenando y parece que no cuenta.

¿Le enfada que el cine oscurezca al teatro?

No me enfada que el cine se coma al teatro, somos actores con los tres ámbitos y el día que haga una película me encantará estar ahí, pero el teatro es el que te da la credibilidad. Estoy feliz con la carrera que llevo.

¿Hay algún papel que no haría nunca?

No me lo he planteado. Me encantaría hacer una peli de terror, de acción, de deportes, de caballos, de época. He dicho a muchos proyectos que no, por el momento, el proyecto pero no por el papel o rol.

¿Y si fuera un papel inspirado en una mujer real?

A mi madre, me encantaría que hicieran una película de mi madre. Y yo sería la mejor protagonista. Sería comedia, drama, humor negro..., y sería un éxito. Mi madre es lo que más admiro en esta vida. Ha vivido mucho, es una madre coraje, y siempre tira para adelante con buen humor.

¿Lo ha heredado?

Sí, y no me estoy echando flores, pero tengo un pequeño espíritu de ella.

Creo que también tiene un reto: va a intentar callarse menos...

Sí, es uno de mis retos. He callado mucho, soy dulce y complaciente, y hay veces que no está mal decir las cosas y no por ello vas a perder a los que te rodean. Mi reto es decir sin miedo lo que pienso.

¿Más complaciente o más dulce?

Es una mezcla, porque no lo hago con resignación, me sale, me adapto, pero a veces tienes que ponerte en tu sitio para que el resto se adapte.

¿La han pisado mucho?

Sí, mucho, y no pasa nada, a mí me pisan y yo sigo para adelante. Mi madre siempre decía: parta adelante, niños. Es nuestro lema.

Pero no se irá a poner a pisar usted ahora...

Soy de labrar mi camino sin joder a los demás. Yo no soy de devolverla.