El Gran Hermano de la capital de España sigue ampliándose. Tras la instalación, el pasado diciembre, de  55 cámaras de vigilancia en la zona de Azca, el Ayuntamiento de Madrid ha vuelto a la carga con la puesta en marcha de otras 47 para Gran Vía, Callao y Princesa.

Así, bajo el objetivo de controlar el ocio nocturno y vigilar la comisión hurtos y robos, la Policía Municipal verá en tiempo real todo lo que acontece en el centro de Madrid, y durante las 24 horas del día. Algunos puntos coinciden con las vías con mayor afluencia de transeuntes de la ciudad, como las plazas de España y Santo Domingo o la calle Mayor.

El dispositivo entrará en funcionamiento los próximos días, cuando la Comisión de Videovigilancia inspecciones los aparatos y dé su visto bueno. Las grabaciones se integrarán Sistema de Centralización de Vídeo del Ayuntamiento (CISEVI) y serán gestionadas por la Policía Municipal.

Los agentes vigilan ya con más de 200 dispositivos los entornos de Plaza Mayor, Azca, Montera, los alrededores de Ballesta, los barrios de Lavapiés y La Latina, y el museo al aire libre de Eduardo Dato.

A todas ellas se añaden las 177 cámaras municipales de tráfico que enfocan las grandes arterias de la capital y los 280 dispositivos de la Dirección General de Tráfico repartidos por las carreteras de la región.

En concreto, y según la empresa encargada de esta nueva ampliación (Sice), el proyecto incluye la colocación de seis cámaras en Gran Vía, tres en la calle de Princesa, dos en la plaza de España, dos en Callao y en Sol, cuatro en la calle del Arenal, tres en la plaza de Santo Domingo y cinco en la plaza Mayor. El resto se repartirán entre las calles de Preciados y las plazas de Isabel II y Carmen, entre otros puntos.

Las cámaras, además, dispondrán de una gran capacidad de movimiento, con giros de hasta 360 grados, lo que impedirá que haya puntos muertos, aunque contarán con un software que impedirá la grabación puntos sensibles, como las ventanas de los edificios de viviendas. También dispondrán de zoom y podrán grabar tanto de día como de noche.

Aparte, según Sice, diez de estos 47 dispositivos contarán también con otro software analítico que lanzará alertas a la policía en caso de detectar determinados comportamientos, como un grupo de personas corriendo, permitiendo una intervención más rápida por parte de la Policía.

El visionado de este material está restringido a un grupo específicamente autorizado de agentes. Las imágenes se almacenarán durante un plazo máximo de siete días, tras el que se producirá un borrado automático siempre que no sean reclamadas por la policía o un juez.

El coste aproxiamado de la instalación es de 600.000 euros, pero el precio, según el Ayuntamiento, está justificado, ya que "está demostrado que su instalación supone una reducción del 10% en el número de incidencias y de requerimientos a la Policía", según un portavoz del Gobierno local.

Además, pese a las dudas iniciales que este tipo de dispositivos despertaban entre los ciudadanos cuando empezaron a instalarse (sobre todo en Lavapiés), los vecinos parecen haberse adaptado ya plenamente a ellos: "Estamos de acuerdo con que las pongan. Dado el nivel de gritos, peleas, robos y tráfico de drogas, preferimos estar vigilados a seguir aguantando esta situación", aseguran desde la asociación de vecinos Ópera-Austrias. "Veremos si las cámaras sirven para esto, porque graban imagen, pero no detectan el ruido que soportamos", apostilla el mismo portavoz.

De esta forma, el distrio Centro se convertirá en una de las zonas más vigiladas de Madrid debido a la proliferación de cacos, peleas y manifestaciones que se suelen dar cita en sus calles.En 2014, los delitos y faltas retrocedieron un 2,9% en la ciudad, al pasar de 221.364 a 214.881 infracciones (-6.483), una mejoría que la Delegación del Gobierno atribuyó, en gran parte, a la presión que la Policía ha ejercido en los 'puntos calientes' de la capital, entre los que se encuentra el distrito Centro y Azca.