Alberto González Montero, conocido como Montero Glez y ganador del VIII Premio Logroño de Novela por Talco y bronce, ha asegurado a Efe que "los escritores de la generación de la democracia, de los años 80, están acabados, no tienen nada que contar y no han aportado nada nuevo a la literatura en España".

Montero Glez (Madrid, 1965) ha realizado estas declaraciones, antes de participar mañana en la presentación en la capital riojana de su novela galardonada en esta edición del Premio, impulsado por la Fundación Caja Rioja, el Ayuntamiento de Logroño y la Editorial Algaida y dotado con 45.000 euros.

En su opinión, los que forman la generación de la democracia, "por mucho que inunden las librerías con sus libros, ya no venden", por lo que ha valorado a "la gente joven y la sabia nueva que arranca", para lo que "Sevilla es un buen foco".

Ha reconocido que, a sus 50 años, hay una generación posterior a la suya que "viene pegando fuerte, con muchas ganas de escribir y con grandes narradores, sobre todo, en Sevilla, que es un semillero de grandes narradores".

Sobre el panorama literario en España, ha considerado que está determinado por "las grandes empresas multinacionales, dentro de las cuales hay pequeñas islas, como son las editoriales independientes, que son las que miman y miran a la cantera de escritores".

En relación a su carrera literaria, ha informado de que tiene algunos proyectos, aunque sin definir; y ha precisado que tarda años en publicar un nuevo libro, como ha ocurrido con Talco y bronce, que ha presentado después de cinco años desde su anterior novela, Pistola y cuchillo, ya que, antes de presentar un nuevo trabajo, lo perfila mucho.

Montero Glez ha indicado también que "el amor es el motor que mueve la literatura" y, convencido de que "contar historias es un acto de amor", ha relatado que Talco y bronce es una historia de amor del Madrid de los 80, que fue su etapa de juventud.

Talco y bronce es "una novela de acción directa", que se nutre de todas aquellas lecturas de su juventud, como Hammett, Chandler y Ross McDonald, pero "llevadas a nuestro contexto en una época dura como fue la de los 80", ha dicho.

El jurado, del que formó parte Vicente Molina, valoró el lenguaje cheli que utilizan los personajes de Talco y bronce y su "gran mérito literario", ya que la obra recoge los valores de la novela policíaca, al retratar una realidad "muy dura", pero también una historia de amor, en la que existe una visión deformante de la realidad, una visión valleinclanesca.

Montero Glez, ganador, entre otros, del Premio Azorín en 2008 con Pólvora negra; tiene una prosa que bebe directamente del lenguaje de la calle, de fuentes cinematográficas rompedoras y del "cómic underground", según la organización del Premio Logroño de Novela.