El Ayuntamiento de Valencia se ha puesto las pilas para cumplir con la Ley de Morosidad que establece un plazo máximo de 30 días en el pago de las administraciones a sus proveedores.

En este sentido, según informó ayer el concejal de Hacienda, Silvestre Senent, el Consistorio tarda actualmente de media 57 días en pagar sus facturas, casi el doble de lo estipulado.

Por este motivo, Senent anunció que se ha recurrido a un crédito de 70 millones de euros para liquidar las más antiguas y aseguró que, durante todo el año 2015, el plazo medio de pago a proveedores se reducirá a los 30 que marca la ley.

Senent explicó que esta operación no supondrá un aumento de la deuda del Ayuntamiento, puesto que el préstamo se liquidará con la recaudación del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que actualmente está en periodo voluntario de pago, y por el que se prevé ingresar 204,8 millones de euros.

De hecho, el Consistorio prevé reducir su deuda de los 809 millones de euros de finales de 2014 a 703 a cierre de 2015.

Además, Senent descartó solicitar la revisión catastral, caducada en Valencia desde el año 2007, ya que supondría un importante aumento de este impuesto y avanzó que, si el Gobierno impone una nueva subida de cara al año 2016, el Gobierno local rebajará el tipo municipal para mantener el importe que pagan los vecinos.

El edil Senent recordó que los ciudadanos pueden solicitar el pago fraccionado del IBI hasta el último día del plazo de pago voluntario, es decir, hasta el 30 de abril.

Por otra parte, informó que se ha realizado una modificación de crédito de 6 millones de euros, entre otras cosas, para contratar una auditoría sobre la situación del alumbrado público de la ciudad.