Cuando a Andy Warhol lo agobiaban con preguntas sobre el significado de sus obras solía echar mano de una respuesta cómoda e irónica: "No sé. Pregúntale a Elaine". La mujer a la que proclamaba como interprete oficial el rey del pop art es Elaine Sturtevant, una artista estadounidense fallecida en 2014 a los 89 años. Durante cincuenta se dedicó a apropiarse de obras de otros, copiándolas con una fidelidad casi absoluta. Fue una de las grandes figuras del arte de la apropiación.
La obra de Sturtevant —prefería ser llamada artísticamente por su apellido, evitando el nombre de pila— protagoniza la exposición Drawing Double Reversal (Dibujando el cambio de roles en doble dirección), una antología que eleva a categoría de creadora por derecho propio a la apropiacionista, que alcanzó la fama en vida y llegó a recibir la medalla de oro de la Bienal de Venecia por su aportación al arte del siglo XX. La muestra, en el museo Albertina de Viena (Austria) hasta el 10 de mayo, presenta un centenar de dibujos, grabados y otro material gráfico.
Si ellos pueden copiar, yo también
Nacida en 1924 en Lakewood-Ohio, licenciada en Psicología y después en Pedagogía, esta insolente creadora decidió en 1965, tras divorciarse de un creativo publicitario, dedicarse a copiar las obras de otros. La decisión no era fruto del capricho o de afanes monetarios, sino una opción lógica ante los postulados del boom del pop art, estilo basado, a su vez, en la copia y repetición de elementos gráficos de la publicidad, los medios de comunicación y la mercadotecnia de la sociedad de consumo. Si ellos pueden copiar tebeos y anuncios publicitarios, yo puedo copiarlos a ellos, se dijo la artista.
Aunque la primera impresión puede ser que Sturtevant tenía mucha cara, lo cierto es que un examen más detenido permite comprobar que no es el caso. Las obras pueden parecer copias, pero nunca lo son al cien por cien. Cada una contiene una reflexión, un leve guiño, una pequeña variante que la convierte en una apropiación pero intencionada. Aunque algunos críticos la llamaron impostora, los artistas la entendieron desde el primer momento y la adoraban hasta el punto de que algunos colaboraron con ella en obras que rozan lo paródico.
La primera postmoderna
Considerada como una postmoderna antes del postmodernismo y una radical seguidora de las propuestas de banalización del arte de Marcel Duchamp y sus objetos encontrados —el primero de ellos, el famoso urinario ready made de 1917—, los críticos modificaron su juicio inicial sobre esta artista empecinada en el "gesto radical" de la apropiación como forma de crítica a la "sobreabundancia de imágenes multiplicadas", dicen desde el museo vienés. Ponen énfasis en la pertinencia del debate entre la originalidad y la copia en este momento en el que "todos hablamos de samplear, remezclar o versionar".
Buena parte de las obras que se exponen son de entre 1965 y 1966, cuando Sturtevant se dedicó a hacer dibujos en los que combinaba elementos tomados de Warhol, Roy Lichtenstein, Claes Oldenburg, Jasper Johns y Robert Rauschenberg. La intersección en una nueva obra de otras preexistentes fue llamada Súper Pop o Pop Plus, en el sentido de que estaba por encima o por debajo del pop art, pero pretendía reconstruirlo y no simplemente emularlo. Ella prefería hablar de su obra como un resultado del "poder de la falta de identidad".
'Estrategia artística del doble'
Pese a que Sturtevant "no es demasiado mencionada en el discurso de la historia del pop art y el arte conceptual, su trabajo es fundamental para entender ambos movimientos", dicen desde el museo austriaco, que resalta el uso de la "estrategia artística del doble" de la creadora, silenciada en un primer momento pero, tras apartarse del mundillo durante una década, reconsiderada en los años ochenta, cuando reapareció para volver a copiar los trabajos de una nueva generación de creadores, entre ellos Anselm Kiefer y Paul McCarthy.
Poco después de morir, la clarividente artista de la repetición y el apropiacionismo, fue homenajeada con una retrospectiva en el MoMA de Nueva York. Tras esta exposición, titulada Double Trouble (Problema añadido), dejó de ser considerada una experta en el mimetismo y su cotización subió intensamente en los mercados.
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