Triunfa en el cine, enamora en la televisión y atrae todas las miradas allá por donde va, ya sea en la gala de los Goya o en una modesta obra de microteatro. El guapo Hugo Silva, que se encuentra en un dulce momento profesional, acaba de estrenar la miniserie Los nuestros en Telecinco y ha comenzado el rodaje del que será su segundo trabajo con Álex de la Iglesia, Mi gran noche. En esta comedia, protagonizada por Raphael, el joven actor interpreta al presentador de un programa especial de nochevieja que se rueda en pleno agosto. Silva cuanta a 20minutos cómo afronta esta etapa de su vida.

Primero Las brujas de Zugarramurdi y ahora Mi gran noche. Repite con Álex de la Iglesia en muy poco tiempo, ¿tan buen jefe le parece?

Sí, es genial. He descubierto que Álex, aparte de ser un cineasta que se ha convertido en un referente en nuestra cultura —y del que yo he sido muy fan—, es un ser humano extraordinario, generoso, brillantey muy, muy interesante. Trabaje o no con él, es una persona a la que quiero tener cerca en mi vida porque aprendo muchísimo con él y me enseña cosas que ni el mismo se da cuenta que me está enseñando. Siempre que me llame, para lo que sea, ahí me tendrá.

En esta ocasión, interpretará a un presentador de televisión, ¿se ha inspirado en alguien en concreto?

Me he hinchado a ver programas de este tipo y sigo viéndolos, pero no puedo decir ningún referente directo. Lo he buscado, sobre todo entre los grandes profesionales de los años 90, cuando empezaron las televisiones privadas. Ahora incluso nos horrorizamos cuando los vemos, con esas vestimentas anticuadas, pero marcaron una época. Empecé intentando beber de eso, pero al final me di cuenta de que este personaje no tiene nada que ver con aquello sino que ha salido directamente del imaginario de Álex de la Iglesia.

Así que dará rienda suelta a su creatividad.

Sí, además me ayuda mucho que al principio hay un número musical en el que participo que me encanta y que me da pie a desarrollar el personaje, que en el fondo es un artista, o al menos él se lo cree. No puedo decir que número es pero es un número musical mítico de la televisión europea, uno que he buscado miles de veces en YouTube y lo he puesto en fiestas porque me parece arte puro. Cuando Álex me mandó el enlace y me dijo "quiero que hagas esto", no me lo podía creer. Estoy contentísimo.

¿Nunca le ha dado por girar más hacia ese gusto por la música?

Tuve una época en la que tenía claro que lo que yo quería era ser músico, montar una banda de rock y convertirme en una rock star, pero la vida me ha llevado más por la interpretación. Aun así, disfruto muchísimo cada vez que tengo que participar en algún número y puedo coquetear con la música cuando está justificado por la trama.

En películas con un reparto tan amplio como esta o Las brujas de Zugarramurdi se debe de crear como una pequeña familia, ¿no?

Una gran familia. Es fantástico, pero no es sólo cosa de las películas. En general, en este país, los que trabajamos en esto ya somos una gran. La mayoría, al cabo del tiempo, hemos coincidido ya varias veces en los rodajes, que son procesos muy intensos donde nos desplazamos, pasamos muchas horas juntos, trabajamos con cosas muy personales y nos desnudamos emocionalmente antes los demás. Todo eso une muchísimo. Esta película ha traído muchos reencuentros.

Toca todos los palos: drama, thriller, comedia... ¿En cuál se siente más cómodo?

Ahora me apetece mucho la comedia y más una como esta, que es muy salvaje, pero aquí en España los actores hacemos de todo. No es como en EE UU, donde la mayoría de actores se especializan. Yo creo que es una suerte, es algo intrínseco a mnuestra industria. Es la herencia de nuestros abuelos, de los profesionales que estuvieron antes que nosotros. Creo que ese espíritu de hacer de todo es algo muy propio de los actores de este país y a mí me parece muy enriquecedor.

Mi gran noche llegará en lo que parece ser un momento de oro del cine español.

A mí no me gusta hablar de momento de oro, es un momento en el que el público está disfrutando mucho del cine español y nosotros estamos disfrutando de su respuesta, pero quiero que esto sea continuo. Yo lo que quiero que en este país haya una industria potente, que se sustente y que además el público se sienta orgulloso de eso. No debería ser un momento sino una dinámica de algo que forma parte de nuestra cultura. El cine no es de la gente que hace cine, es de todos, es un bien común.

Sin embargo, las condiciones aún no son las ideales. Entre las pocas reivindicaciones que se hicieron en los Goya volvió a salir el tema del IVA cultural.

El IVA actual no ayuda, todo lo contrario. Creo que para favorecer y estimular una industria lo peor que puedes hacer es encarecer su precio. Es en el espectador en el que hay que invertir para que un negocio de este tipo funcione. No tengo mucha idea de economía, pero me parece que es la estrategia más inteligente: todo irá mejor si la gente lo tiene fácil para consumir. Insisto, no es algo privado, es algo público. Las películas son necesarias para que la gente disfrute, para que la gente aprenda y para que tengamos una memoria cultural de todo lo que somos.

En televisión ha estrenado Los nuestros, una miniserie sobre una misión de un cuerpo de élite del ejército, ¿cómo ha sido la experiencia?

Muy buena. Ha sido genial tener la oportunidad de entrar en contacto tanto como con el ejército profesional como con las tropas de élite. Para mí ha sido una sorpresa muy positiva. Yo en su momento no hice la mili y esto ha sido como una pequeña mili. Lo mejor es que haya sido en esta época de mi vida, cuando yo soy capaz de entender muchas más cosas que en mi época, cuando me qurían obligar a hacer el servicio militar. He disfrutado mucho y me ha sorprendido muy gratamente el nivel humano de los profesionales que tenemos en el ejército. Hay gente muy valiosa ahí metida y ha sido un placer conocerlos.

¿Tuvo que hacer algún entrenamiento especial?

Varios. Realmente estuvimos tres meses de instrucción. No tiene nada que ver con el entrenamiento que hacen las fuerzas especiales ni a las pruebas a las que se ven sometidos, por supuesto, pero sí tuvimos la oportunidad de convivir con ellos, estar en el cuartel, ir a Zaragoza de maniobras... Fue una experiencia muy plena y durante el rodaje ellos estuvieron asesorándonos y cuidándonos. Fue una colaboración muy estrecha y durante mucho tiempo con ellos.

En su afán por hacer de todo también ha probado los escenario. Hace unos meses participó en una obra de microteatro dirigida por Daniel Sánchez Árevalo, ¿le gustó la experiencia?

Me encantó, es un lujo tener a la gente tan cerca. En el teatro, el actor llega a sitios donde no llega en otros medios pero es única y exclusivamente porque el público te está dando el pulso todo el tiempo, te está diciendo por dónde ir, cómo hacerlo, dónde parar y dónde seguir, es el que te da la respiración de toda la performance que estás haciendo, es el último actor. Encima, tenerlo tan cerca, es como si le subieran el volumen a ese tercer actor. Es una experiencia muy grata y no descarto para nada volver a hacerlo.