La formalidad del matrimonio tienta a la estrafalaria Lady Gaga

Lady Gaga besa a Taylor Kinney en el videoclip 'You and I'.
Lady Gaga besa a Taylor Kinney en el videoclip 'You and I'.
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Lady Gaga besa a Taylor Kinney en el videoclip 'You and I'.

La excentricidad y el trabajo gobiernan el Instagram de Lady Gaga, un álbum vital que aglutina instantáneas de trajes-árbol, tocados estentóreos, selfies (autofotos) y belfies (autofotos del trasero). Luego, más carne, más vestidos inviables, conciertos, actos promocionales, fiestas, entrevistas, ensayos... En lo más alto de esa jauría de ritmo trepidante, una pausa en blanco y negro: la última imagen publicada por la joven en su perfil, el pasado 16 de febrero, donde su mano derecha aparece entrelazada con una de las del actor y modelo Taylor Kinney. Debajo, un anuncio de amor: "Él me dio su corazón el día de San valentín y yo dije SÍ!". Para completar el mensaje, un gran anillo con forma de corazón en su dedo medio, señal inequívoca de que la cantante planea dejar próximamente su soltería y entregarse al matrimonio.

Durante mucho tiempo, el foco de los flashes, fascinados por las estrambóticas andanzas sobre plataformas de la diva, sus declaraciones deslenguadas y su fulgurante carrera —más de 24 millones de álbumes vendidos—, permitieron  que la vida sentimental de Lady Gaga se mantuviera en segunda línea. Como único testimonio, las contadas apariciones públicas de la pareja en algún photocall, el vídeo gracias al cual se conocieron hace cuatro años —el del tema Yoü and I- o las escasas instantáneas publicadas por la joven en las redes sociales.

Relaciones de larga duración

Sin embargo, Kinney no es un recién llegado a la vida de Lady Gaga. El actor, que muchos medios describen como "guapo y encantador", y que es conocido por sus papeles televisivos en las series estadounidenses Fashion House o Chicago Fire, ha cumplido cuatro años junto a la intérprete de Poker Face, una vocalista de talante rebelde pero que siempre se ha mostrado proclive a las relaciones de larga duración.

Antes de que Kinney llegara a su vida, la cantante mantuvo un noviazgo de seis años (entre 2005 y 2011) con el Dj y promotor Lüc Carl. El silencio resguardó la relación, si bien la prensa del corazón fue capaz de capturar algunos besos robados de la pareja en una playa, con una Lady Gaga desprovista de maquillaje, sin pelucas ni artificios, y algo despeinada.

Al término de su relación, Carl, que había comenzado a salir con la artista antes de que esta fuera conocida, hizo algunas declaraciones a la prensa sobre las causas de la ruptura. Entre ellas, el hecho de que la vida de su amante hubiera cambiado radicalmente a raíz del éxito y la fama. Y que su existencia estuviera ahora dominada por una agenda infernal. "Para salir con alguien que nunca está en el mismo país, más te vale ser rico o decidirte a vivir de su dinero. Eso no iba conmigo", explicó en 2011.

La distancia y los compromisos profesionales no parecen, sin embargo, haber hecho mella en el romance entre Kinney y Lady Gaga. Esta, por su parte, no tiene previsto bajar el ritmo: este año ofrecerá veintisiete conciertos que la llevarán a recorrer una veintena de ciudades estadounidenses y europeas con el fin de presentar en directo su nuevo álbum junto a Tony Bennett, Cheek to cheek.

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