A Manuel,  ganador de la segunda edición de MasterChef Junior (La 1), la victoria le supo, primero, ligera (como una tosta de queso y mermelada de tomate). Después, más fuerte, como el caldo de ajo, el pimentón y la anguila con la que sorprendió a los miembros del jurado ("Un menú de diez", dijo este de su trabajo). Ahora, tiene prisa en volver a su Valencia natal para contar todo lo ocurrido a sus amigos ("ellos aún no saben que he ganado", asegura) y financiar la reforma de la cocina de casa.

¿Qué sentiste al saberte ganador?

Al principio no me lo creía. Luego, me puse supercontento y no sabía si tirarme al suelo o qué.

¿Qué te han dicho tus compañeros de clase?

Aún no saben que he ganado pero seguro que se alegran muchísimo. Ya estaban muy contentos antes por tener un amigo que saliera en la tele y que fuera famoso y eso. Muchos quieren presentarse al concurso el año que viene.

¿Son aficionados a los fogones?

Bueno, solo algunos. A la mayoría de ellos no les gusta y se extrañaban un poco de que a mí sí. Me decían: "¿Pero es que te gusta cortarte? ¿Te gusta quemarte?". Yo les explicaba que cocinar no era solo eso.

¿Y ahora te piden recetas?

Me las piden sus padres. Ellos, sin embargo, me preguntan con quién me llevaba mejor en el programa, quién es más simpático o cómo es la televisión.

¿Qué te ha sorpendido más de la tele?

Toda la gente que hay detrás de las cámaras trabajando y que no se ven desde casa ¡son muchísimas! Algunas veces hay que repetir alguna escena, pero suele ir todo bastante bien.

¿Cómo empezaste a cocinar?

Empecé a cocinar con mi madre y mis abuelas, a quienes les gusta mucho la cocina. Luego empecé a investigar por mi cuenta y a consultar libros.

Tras tu paso por el programa, ¿cuál dirías que es la mejor cocina?

La que combina una base de tradición e innovación. La innovación debe estar sobre todo en los emplatados, que es lo que más sorprende al principio porque todo entra primero por los ojos.

¿Y qué has aprendido?

Que cocinar es igual a paciencia y puede ser estresante. Lo peor en el programa eran los nervios de pensar que solo te quedaban 20 minutos para terminar un plato.  En casa tengo más tiempo para cocinar, aunque tampoco demasiado.

¿Qué cocinas cuando estás allí?

Mi madre es quien cocina principalmente, aunque yo estoy tratando de quitarle ese papel.  Mi plato favorito es el tartar de atún: se hace fácilmente y está buenísimo.  Menos las alubias y los garbanzos, todo lo demás me encanta.

Algunas personas han pedido que 'MasterChef Junior' se emita a un horario más temprano. ¿Te gustaría?

Claro, así podría verlo en el mismo día. Aunque si no puedo, lo veo al día siguiente o los viernes o los domingos.

Uno de tus compañeros de concurso, Víctor, fue reprendido porque dijo que las mujeres sabían limpiar por genética. ¿Qué opinas?

Yo no estoy de acuerdo y supongo que a él se le escaparía pero que no lo dijo adrede.

¿Cocina y flequillos largos no están reñidos?

No y nunca se me ha caído ningún pelo en la comida. Utilizo cintas aunque me quedan fatal.

¿Qué comida prepararías para celebrar tu victoria?

Con mi familia, el menú de la final de MasterChef. Para mis amigos, pizza. No les gusta comer de todo, les van las pizzas.

¿Te planteas ser cocinero en un futuro?

Pues... antes no lo tenía nada claro y ahora sigo sin tenerlo claro. Me he dado cuenta de que me gusta mucho cocinar pero también que es un trabajo muy duro. Espero ser cocinero pero si no, podría ser arquitecto. En cuanto al colegio, lo que más me gusta es la Lengua y Conocimiento del Medio.

¿Qué vas a hacer con el dinero del premio?

Hay una parte que guardaré para hacer un curso de cocina este verano; la otra la utilizaré para ayudar a mis padres a reformar la cocina, ¡está hecha un asco!

Nació en Valencia hace 11 años. Sus asignaturas favoritas son Conocimiento del Medio y Lengua. Su pasión por la cocina empezó de muy pequeño gracias a sus abuelas y su madre. Si no lograra ser cocinero de mayor, le gustaría ser arquitecto. De él dijo el jurado de MasterChef Junior, concurso en el que ha sido ganador, que su visión de la cocina no era la de un niño sino que iba "mucho más allá".