Francisca Martínez: "Los océanos y mares son el principal motor de cambio climático"

  • Francisca Martínez es geóloga e investigadora del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra y estudia el clima en la cuenca mediterránea a partir de sedimentos.
  • "Tenemos investigadores muy bien formados, con un currículum excelente y que no tienen hueco en el sistema científico español".
  • La investigadora asegura que es díficil recuperar el daño ambiental pero que con medidas se podría reparar.
Sondeo en el mar de Alborán a bordo del Buque oceanográfico PELAGIA, de nacionalidad holandesa.
Sondeo en el mar de Alborán a bordo del Buque oceanográfico PELAGIA, de nacionalidad holandesa.
FRANCISCA MARTÍNEZ
Sondeo en el mar de Alborán a bordo del Buque oceanográfico PELAGIA, de nacionalidad holandesa.

Un estudio internacional ha aportado nuevos datos sobre el clima en la cuenca mediterránea durante los últimos 20.000 años a partir de sedimentos del fondo del mar. Francisca Martínez, geóloga e investigadora del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, participa en dicho estudio que ya tiene algunos resultados: han comprobado que el calentamiento del mar se ha ido produciendo a partir de la segunda mitad del siglo XX.

¿En qué consiste el estudio?

Los estudios que realizamos se centran en el análisis de sedimentos marinos. Lo que hacemos es estudiar un testigo de sedimento, después obtenemos su datación para saber en qué intervalo de tiempo estamos trabajando y a partir de ahí, reconstruimos las condiciones que reinaban en el pasado en relación con la temperatura del agua, es decir, como era el clima en general.

¿Cuáles son las ventajas que tiene para el clima actual saber cómo era el clima en el pasado?

El clima actual, desde el punto de vista instrumental, se puede conocer bien. Ahora existen datos directos, como la temperatura, las precipitaciones, etc. Pero hay cambios que son cíclicos y el registro instrumental no les cubre. Si hay cambios que van más allá de unos cientos de años, ya no tenemos registros. Entonces tenemos que reconstruir las condiciones climáticas a partir de datos indirectos. Conocer el clima del pasado nos sirve para caracterizar esos cambios que son cíclicos. Si nuestro clima actual forma parte de un ciclo que ya se ha repetido en el pasado, podemos ver cómo va a evolucionar en el futuro.

¿Cómo se están recogiendo los sedimentos?

Se recogen a partir de campañas oceanográficas y de sondeos que se hacen a bordo de buques científicos.

¿Qué se pretende conseguir con la investigación?

Queremos conocer cuál es el funcionamiento del sistema climático, es decir, cual sería la respuesta ante cambios climáticos futuros de los distintos componentes del sistema: la biosfera, la hidrosfera, la litosfera, etc.

¿Se conocen ya algunos resultados?

Claro, tenemos ya resultados. Tenemos ya bien caracterizados determinados cambios climáticos que han ocurrido durante los últimos 20.000 años. Vemos ya como han oscilado las condiciones de humedad. Además, tenemos datos precisos de cómo ha variado la temperatura del agua y hemos observado que ese calentamiento se ha ido produciendo a partir de la segunda mitad del siglo XX. Y, por último, hemos caracterizado como ha variado la productividad bilógica marina y hemos visto que en el pasado teníamos periodos mucho más productivos. Durante los últimos miles de años se está produciendo una disminución de esa productividad biológica acompañada de un incremento progresivo de la aridez.

¿Qué presencia tiene España en este estudio Internacional?

Colaboran tres investigadores de la Universidad de Granada y el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra que es un centro mixto de la universidad y el CSIC. Además, el estudio lo hacemos en colaboración con otros grupos, por ejemplo con un grupo de la Universidad de California, un centro de oceanografía en San Diego y también con investigadores desde Holanda y Alemania. Este tipo de estudios siempre se realizan en el marco de colaboraciones internacionales.

¿Cuáles son las características de los sedimentos marinos que permiten conocer datos sobre el clima?

Los sedimentos marinos son como un archivo o un libro donde queda el registro de cómo eran las condiciones paleoambientales en el pasado, como era nuestro clima y todas las condiciones que reinaban durante los últimos miles de años. En el sedimento marino quedan registrados parámetros como la temperatura del agua, los periodos húmedos, los que son cálidos, etc.

¿Qué tiene el Mediterráneo para ser considerado un laboratorio natural?

Al ser una cuenca semicerrada, porque solo tiene la conexión del estrecho de Gibraltar con el Atlántico, es cuenca muy sensible a la variabilidad climática. Por su posición latitudinal, está en una zona afectada por los climas más fríos del norte y que contrasta mucho con todos los climas más fríos y áridos de la parte sur. Este mar va a ser mucho más sensible ante posibles cambios en el futuro que regiones de océano abierto. Amplifica determinadas señales climáticas y nos sirve como un laboratorio natural excepcional. También tiene zonas en las que la tasa de sedimentación es muy alta y favorece los sondeos. En este sentido, tiene mucho interés la zona del mar de Alborán.

¿Los océanos y mares juegan un papel en el cambio climático?

Tienen un papel muy importante, son probablemente el principal motor de cambio climático. El océano es el sumidero más importante de CO2, es decir, cuando alteramos los niveles de CO2 atmosférico, estamos alterando el clima y, en los océanos, ese CO2 se disuelve y pasa a formar parte de los microfósiles que luego encontraremos en los sedimentos. Si no hubiera productividad en los océanos y mares, no se consumiría tanto CO2 y los niveles de este gas en la atmósfera aumentarían.

¿Se puede recuperar el daño ambiental que ha realizado el hombre?

Es difícil realmente recuperar todo pero, es cierto que si se toman medidas se puede reparar. Ahora los océanos están sometidos a muchos agentes que los alteran. No solamente es el problema del calentamiento global, también existe el problema de la acidificación y la pérdida de oxígeno. Los océanos, como motor del cambio climático, son algo que tenemos que cuidar. No solamente hay que limitar las emisiones de CO2, también hay que cuidar los problemas de contaminación porque la productividad marina realmente es el motor de la variabilidad.

¿En qué forma está afectando la crisis a sus investigaciones?

En general, la crisis está afectando a todas las investigaciones, no solo por la falta de recursos en general, sino también por la pérdida de los jóvenes investigadores. Yo creo que ahora tenemos investigadores muy bien formados, con un currículum excelente y que no tienen hueco en el sistema científico español. Faltan recursos económicos y humanos. Los organismos, en general, van envejeciendo un poco y la gente joven no tiene ahora mismo cabida. Como muchos que se van, yo también me forme en el extranjero pero afortunadamente volví y ahora es muy difícil regresar.

En su opinión ¿qué tiene que hacer España para evitar el exilio de científicos?

Crear puestos de trabajo para ellos. Ahora mismo el problema que hay es que no tienen cabida, hay una tasa de reposición bajísima. Ni las universidades ni los organismos públicos de investigación dan oportunidades. Lamentablemente, mucha de esta gente tan bien preparada pues se tiene que ir fuera de España. Hay que invertir y dotar a esta gente de proyectos y posibilidades.

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