Yasumasa Morimura: el artista japonés obsesionado con 'Las Meninas' de Velázquez

  • Yasumasa Morimura, conocido por disfrazarse de personajes occidentales, muestra su admiración por Velázquez en 'Las Meninas renacen de noche'.
  • El artista se transforma en los once personajes de la escena y además los 'saca' del lienzo con el Museo del Prado de Madrid como escenario.
  • La pintura despertó un gran interés en el autor en los años noventa, cuando se 'metamorfoseó' por primera vez en la infanta Margarita.
Una de las escenificaciones de 'Las Meninas' de Yasumasa Morimura en el Museo del Prado
Una de las escenificaciones de 'Las Meninas' de Yasumasa Morimura en el Museo del Prado
© Yasumasa Morimura; Courtesy of the artist and Luhring Augustine, New York
Una de las escenificaciones de 'Las Meninas' de Yasumasa Morimura en el Museo del Prado

El monumental óleo, pintado en 1656, incluye al espectador desde el primer momento en la escena: el pintor mira al frente concentrado en su trabajo, la disposición de los personajes forma un acogedor grupo, Felipe IV y Mariana de Austria se reflejan al fondo en un espejo... El brillante juego de perspectivas nos dejar ser por un momento la pareja real, a la vez que caemos en la cuenta de que el artista está pintando lo que no sale en el cuadro: Las Meninas no son más que el ambiente en el que Diego Velázquez pinta el retrato que no verá nadie.

Yasumasa Morimura (Osaka - Japón, 1951) es un amante de los iconos europeos. Artista conceptual desde hace más de tres décadas, se ha convertido en un asiduo al disfraz, al maquillaje y la manipulación para transformarse en figuras históricas del arte y la cultura occidentales. Además de haberse puesto en la piel de Marilyn Monroe, Picasso, Audrey Hepburn o el Che Guevara, tiene experiencia usurpando el lugar de personajes que aparecen en cuadros de autores imprescindibles como Van Gogh, Manet o Vermeer.

Las Meninas renacen de noche —en la galería Luhring Augustine de Nueva York hasta el 24 de enero— es el resultado de la admiración por la obra maestra de Velázquez, que obsesiona al japonés desde los años noventa, cuando se metamorfoseó por primera vez en la infanta Margarita.

El Museo del Prado de noche

En el reciente cuerpo de fotografías que se exhiben, se autorretrata asumiendo el papel de los 11 personajes humanos del cuadro: la infanta, Isabel de Velasco, Velázquez, Nicolasito Pertusato, el guardadamas anónimo que está junto a Marcela de Ulloa... Completa el atuendo añadiendo facciones postizas a la cara y se permite alguna que otra licencia creativa en los objetos que acompañan a cada retrato aislado.

Las fotos fueron tomadas en el Museo del Prado de Madrid, en sesiones nocturnas, en la sala de paredes verdes que muestra en un lugar de honor a la que es una de las grandes joyas de la pintura española.

Los juegos visuales no se terminan con la imitación de los implicados en la escena: el artista también vacía los cuadros que tiene la obra a su alrededor, personifica a los reyes en la pinacoteca posando en la escena tal y como sugiere Velázquez con la composición, sitúa a todos los implicados en la sala, imagina al autor fuera del cuadro, pintando Las Meninas desde el lado contrario...

Su reinvención de la pieza reta al espectador, distorsiona lo habitual y funciona como comentario satírico y excéntrico de la dificultad de Japón para absorber la cultura occidental. Entre los múltiples ensayos visuales hay una sorpresa: por primera vez, Morimura posa sin disfraz, contemplando la obra original y también insertado en ella en una imagen retocada.

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