Las autoridades ucranianas y los separatistas prorrusos comenzaron a aplicar este martes, martes, una nueva tregua en el conflicto que se desarrolla en el este de Ucrania, en espera de que se reanuden las negociaciones de paz en Minsk. "Según los datos que tenemos, no hay choques armados en ninguna parte", dijo a un portavoz del mando de las milicias separatistas de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.

El mando militar ucraniano también informó de la entrada en vigor del nuevo alto el fuego —acordado la semana pasada con la mediación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE)— pero a primera hora de la tarde informó de que se habían registrado varios incidentes aunque sin víctimas.

"Sobre la situación hasta las 13.00 hora local, nos ha llegado información sobre seis incidentes de violación del régimen de 'silencio de las armas' por parte de los insurgentes", aseveró el centro de prensa militar en su página de Facebook. "Han disparado contra nuestras posiciones empleando lanzaminas, lanzagranadas automáticas, baterías antiaéreas y armas de fuego", agregó.

No obstante, el mando aseguró que "las fuerzas ucranianas, siendo conscientes de la importancia del momento, demostraron valentía y contención y no abrieron fuego de respuesta". La actual tregua se suma a la acordada el 5 de septiembre en la capital de Bielorrusia, Minsk, que nunca puso fin a las hostilidades.

Desde el comienzo de la insurrección prorrusa contra las nuevas autoridades de Kiev en abril pasado, han muerto más de 4.300 personas, entre combatientes y civiles, y cientos de miles se han convertido en refugiados. Poco antes de entrar en vigor la tregua de hoy, en su habitual parte de guerra, el portavoz del Consejo Nacional de Seguridad ucraniano, Andrei Lisenko, informó de que seis soldados murieron en las últimas 24 horas en las zonas rebeldes, mientras que los insurgentes dijeron que una persona murió en la ciudad de Donetsk.

El presidente ucraniano, Petró Poroshenko, se reunió este lunes con representantes de la OSCE en Kiev, a los que instó a convocar "cuanto antes" una reunión del Grupo de Contacto (Ucrania, separatistas, Rusia y la OSCE) para el arreglo del conflicto. La nueva reunión en Minsk aún no tiene fecha, pero todas las partes consideran el próximo viernes, día 12, como la más probable.

Los separatistas insisten en incluir en la agenda otros asuntos además de la retirada de la artillería y las lanzaderas de misiles de la zona de seguridad. Quieren tratar sobre el gradual levantamiento del bloqueo económico impuesto a las zonas rebeldes por Kiev y la entrada en vigor de las leyes que conceden tres años de autonomía a las regiones rebeldes y una amnistía para los milicianos.

Los rebeldes consideran bloqueo económico la decisión de Kiev de suspender los servicios bancarios y evacuar a la administración pública de la zona. Por su parte, para Rusia, la clave del éxito de la tregua declarada hoy es trazar una línea de separación entre ambos bandos en conflicto.