El nuevo ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, es uno de los dirigentes del PP vasco que, junto con Ramón Rabanera, quiso que Álava y sus instituciones jugaran un papel determinante como freno a las aspiraciones de los partidos nacionalistas.

Nacido en Vitoria el 14 de abril de 1967, Alonso es licenciado en Derecho y Filología Románica e inició su carrera política en 1996 como concejal del Ayuntamiento de la capital alavesa.

Tres años más tarde su partido le propuso ser su candidato a la Alcaldía de la ciudad y su candidatura fue la más votada, por lo que en julio de 1999 se convirtió en el primer alcalde de Vitoria no nacionalista desde hacía dos décadas.

Fue reelegido en las elecciones municipales de 2003, al volver a encabezar la lista más votada, aunque quedó en minoría en el consistorio vitoriano.

Dio el salto a la política nacional en el año 2000, cuando fue elegido diputado al Congreso, como cabeza de lista del PP de Álava, aunque un año después dejó su escaño para dedicarse de manera exclusiva a su cargo de primer edil de Vitoria hasta 2007.

Volvió a conseguir el acta de diputado en las generales de 2008 para una legislatura en la que fue el portavoz adjunto del Grupo Popular y tras ser la mano derecha de la entonces portavoz y ahora vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, esta legislatura ha ejercido de portavoz del grupo del Gobierno en la Cámara Baja.

Antes de esta designación, Alonso había sido incluido en numerosas "quinielas" para ocupar un cargo en el Gobierno de Mariano Rajoy.

Desde su puesto de alcalde de Vitoria, en conjunción con el de diputado general de Álava entonces, Ramón Rabanera, encabezó un "muro" institucional y político frente a lo que consideraban una "deriva" nacionalista con momentos como la firma del Pacto de Estella o el denominado Plan Ibarretxe.

Ha sido desde entonces un "peso pesado" en el PP vasco y jugó su papel en el último congreso en defensa de una mayor presencia de la estructura de Álava, dado que es en esta provincia donde los populares mantienen los únicos resortes de poder en Euskadi, fundamentalmente el Ayuntamiento de Vitoria y la Diputación.

Aunque finalmente las aguas volvieron a su cauce, el PP vasco vivió días de desencuentro, cuando la presidenta Arantza Quiroga decidió prescindir del hasta entonces secretario general, Iñaki Oyarzábal, una persona "apadrinada" por Alonso.

Aunque su presencia física en Euskadi se ha limitado en los últimos tiempos debido a sus responsabilidades como portavoz del PP en el Congreso, su influencia ha seguido siendo muy grande en las filas del partido.