'La que se avecina' y el polémico recurso de que los personajes sean conscientes de su ficción

  • En el capítulo número 100 de 'La que se avecina', los vecinos de Montepinar descubrían, entre referencias a 'El show de Truman' que su vida era ficción.
  • El episodio fue visto por 4.133.000 espectadores, un 24,1% de la audiencia.
  • Son muchas las series que han recurrido alguna vez a la metanarrativa: Castle, Doctor en Alaska, El príncipe de Bel-Air, Cómo conocí a vuestra madre...
Escena del capítulo número 100 de 'La que se avecina'.
Escena del capítulo número 100 de 'La que se avecina'.
La que se avecina
Escena del capítulo número 100 de 'La que se avecina'.

Este lunes, la exitosa serie de Telecinco La que se avecina alcanzó su capítulo número 100, un hito en torno al que había mucha expectación dado el misterio que ha rodeado al episodio desde que se supo que no sería en absoluto convencional. "Lo más importante es que a los vecinos les pasará lo más fuerte que les ha pasado en la historia de la serie y les pasa a todos", señalaban los responsables, que afirmaban además que iba a ser "algo que nunca se ha visto en una serie".

El enigma no decepcionó, al menos en lo que a originalidad se refiere, ya que las reacciones en las redes sociales denotaron una gran división de opiniones entre los espectadores. El polémico capítulo, titulado Un presidente rayado, una catarata de infortunios y un descubrimiento sobrecogedor, giró en torno al descubrimiento por parte de los vecinos de Montepinar de que en realidad son personajes de una serie de televisión.

Con claras referencias a la película El show de Truman (incluida alguna frase literal) y guiños constantes a Aquí no hay quien viva (incluyendo chascarrillos de aquella serie de la que nació LQSA), Enrique Pastor, Recio y compañía se topaban sorprendidos con el hecho de que han estado años viviendo en un plató de televisión y siendo vistos por millones de espectadores que ahora, en el mundo real, les piden autógrafos y les aplauden o critican por sus vivencias personales. Al fina todo terminaba, como en Los Serrano, con uno de los protagonistas despertando. Todo había sido un sueño.

Aunque lejos de su récord de audiencia (5.453.590 espectadores y un 26% de cuota de pantalla en su capítulo de estreno de esta temporada), el capítulo hizo un muy buen dato. En concreto, la ficción de Mediaset logró reunir frente al televisor a 4.133.000 espectadores, un 24,1% de la audiencia.

No son pocas las series de televisión que recurren a estos recursos metanarrativos en los que los personajes adquieren conciencia de que pertenecen a un universo de ficción. Existen diversas formas de mostrarlo. La más habitual es el discurso directo al espectador, cuando un personaje habla mirando a la cámara buscando complicidad con el televidente. Estos casos de ruptura de la cuarta pared son muy habituales y pueden verse en series como House of Cards, Modern Family, The Office o Malcolm.

Casos memorables

Sin embargo, en otras ocasiones se recurre a sistemas más transgresores y llamativos. En El príncipe de Bel-Air, Will Smith hacía bromas que traspasaban la línea de la ficción. Insinuó, por ejemplo, que vivían en un plató de televisión y comentó sin vergüenza que la actriz que interpretaba a su tía ya no era la misma que cuando comenzó la serie (Daphne Maxwell sustituyó a Janet Hubert-Whitten en el papel de Vivian Banks).

Las pinceladas de surrealismo eran una de las señas de identidad de Doctor en Alaska, la mítica serie de los 90 creada por Joshua Brand y John Falsey. Aunque las alusiones de sus protagonistas a su condición de personajes de ficción no era un recurso habitual, sí lo hicieron en una ocasión, en el desenlace del capítulo 14, en el que Maurice Minnifield y Nikolai Aponalov se disponen a resolver sus diferencias con un duelo a muerte. "¡No podemos solucionar así este episodio!", interrumpe un personaje, "¡Ahí, al otro lado de la pantalla, tenemos un público fiel y sofisticado que espera más de nosotros!".

En Boston Legal, los guiños en este sentido son relativamente frecuentes, especialmente en las últimas temporadas. Los abogados de esta serie creada por David E. Keller a mediados de la década de 2000 aluden aquí y allá a la duración del capítulo, la presentación de algún personaje, reflexiones sobre si deberían introducir variaciones para no cansar a la audiencia...

Entre las más alocadas y gamberras series aficionadas al meta está Sobrenatural, en la que existe un capítulo en el que los héroes se dan cuenta de que protagonizan una serie y otro en el que se encuentran con un profeta que escribe libros sobre ellos.

Retrocediendo en el tiempo, en Frasier, existe una divertida autoparodia en la que una actriz le espeta a Kelsey Grammer, el actor protagonista, que debe de ser muy terrible interpretar al mismo personaje durante 20 años. Otro caso célebre es el de Luz de Luna, la serie que en los 80 protagonizó un jovencísimo bruce Willis. Su personaje era muy dado a romper la cuarta pared, capaz de entrar en un despacho, escuchar "usted no puede irrumpir así" y responder "¿Ah no? Eso dígaselo a los guionistas".

Algo similar sucede en varias series de animación muy populares, ficciones que pueden permitirse el lujo de saltarse cualquier norma. Es posible encontrar ejemplos en Los Simpson, Padre de Familia, Hora de Aventuras o Las macabras aventuras de Billy y Mandy, donde los personajes hablan constantemente sobre los guiones, el rol de los personajes, la estructura de la trama y asuntos similares.

Otra forma de jugar con la metanarrativa consiste en seleccionar a uno de los actores de la serie e incluir un guiño relacionado con algún otro personaje de ficción interpretado por él en el pasado. De nuevo hay un buen ejemplo en Boston Legal. Uno de los protagonistas, Denny Crane, está interpretado por William Shatner, el capitán Kirk de Star Trek. "Una vez comandé mi propia nave estelar", manifiesta en un episodio a los periodistas, que no parecen sorprenderse ante semejante declaración.

En Castle, protagonizada por Nathan Fillion, abundan las refrencias a Firefly, serie en la que el actor canadiense también asumía el rol principal y que fue cancelada para disgusto de multitud de fans que no dudaron en manifestar su indignación. Y la exitosa Cómo conocí a vuestra madre recurrió a un simpático gag (con banda sonora incluida) para recordar que Neil Patrick Harris, el carismático y mujeriego Barney Stinson, fue una vez el joven protagonista de Un médico precoz.

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