Estos trastornos consisten en una disminución en la sensibilidad de las células del oído interno. Pueden ocasionar una reducción general de la capacidad de oír o imposibilitar la captación de algunos tipos de sonido. El paciente sufre dificultad para entender todo o parte de lo que se le dice, según Mancheño, especialista desde hace 15 años.
Señales de alarma
El signo de alarma suele ser un pitido constante denominado acúfeno (el sonido que se oye al salir de un concierto o al marcharse de la Feria, por ejemplo). Esta afección puede llegar a hacerse permanente, de ahí la importancia de acudir al médico cuanto antes. Evitar los ruidos intensos y protegerse de ellos es la mejor forma de prevenir daños irrecuperables.
«Necesitamos una ley más dura»
«Andalucía necesitaría una legislación más dura en cuanto a contaminación acústica», subraya Mancheño. «Aquí vivimos rodeados de demasiado ruido y esto se nota especialmente cuando se viaja a otros países». La protección de los oídos –en el caso de trabajadores expuestos a ellos–, evitar acercarse a los altavoces y una reforma legal son las claves para mejorar la salud auditiva, según esta experta.
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