España tiene un 42% de trabajadores subcualificados, según la OIT

  • Es uno de los nueve países europeos que tiene más trabajadores con cualificaciones inferiores a las que requiere su puesto, según un informe de la OIT.
  • En cuanto a los trabajadores sobrecualificados, el porcentaje es del 10,4%.
  • La OIT señala que la sobrecualificación de trabajadores aumentó en la mayoría de países entre 2002 a 2012 por razones que se atribuyen a la crisis.
Dos empleados jóvenes en una oficina.
Dos empleados jóvenes en una oficina.
GTRES
Dos empleados jóvenes en una oficina.

España es, con un 42%, uno de los nueve países europeos que tiene más trabajadores con cualificaciones inferiores a las que requiere su puesto, según un informe publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La diferencia es muy significativa en cuanto al impacto distinto que tiene en mujeres y hombres, con un 52% de trabajadores con bajas cualificaciones frente a un 31% de empleadas. En total, en nueve países más del 25% de los trabajadores tienen cualificaciones inferiores a las que necesitan, grupo que completan Bélgica, Islandia, Kosovo, Holanda, Polonia, España, Suiza y Reino Unido.

Sobre el caso español, el economista jefe de la OIT, Theo Sparreboom, explicó que en España "los niveles de baja educación son relativamente altos tanto en el conjunto de trabajadores como entre los jóvenes". "Esto significa que todavía muchos trabajadores carecen del nivel de educación —sea primaria, secundaria o superior— que necesitan en su empleo, a pesar de que los avances positivos que se observan en España", agregó.

Sparreboom aclaró que esto "por supuesto no significa que no haya personas con educación universitaria que están desempleadas". De manera general, la OIT confirma en su informe que los desajustes entre las competencias de los trabajadores y las que realmente deberían tener para desempeñar sus funciones es un problema en todos los países, en mayor o menor escala.

Portugal y Rusia, los casos más extremos

Las informaciones recopiladas y analizadas de 24 países europeos indican que entre el 10% y 20% de trabajadores están sobrecualificados y entre el 15% y el 25%, subcualificados. El caso más extremo de la última categoría es Portugal, con el 52% de trabajadores subcualificados. En el extremo opuesto está Rusia, con el 44% de trabajadores sobrecualificados, una situación en la que se encuentra el 10,4% de trabajadores españoles.

Si se desglosa ese porcentaje se observa que un 6% de casos corresponden a hombres, un 15% a mujeres y un 19% a jóvenes en general. A modo de comparación, sólo la mitad de jóvenes (11,7%) en Alemania enfrenta una situación de ese tipo. Las variaciones, sin embargo, son importantes entre un país y otros, con casos como los de Holanda, Polonia, Portugal y Suiza, donde menos del 6% de trabajadores están sobrecualificados.

En la década bajo análisis (2002 a 2012) y por razones que se atribuyen a la crisis económica, la sobrecualificación de trabajadores aumentó en la mayoría de países, mientras que la subcualificación siguió la tendencia inversa, reduciéndose en casi un 9%. Así, la sobrecualificación de trabajadores aumentó de manera general un 3,6% y sólo Irlanda, Polonia, Israel y Eslovenia pudieron sustraerse a este fenómeno.

Según los análisis realizados, los trabajadores sobrecualificados se enfrentan a varias desventajas si se les compara con aquellos que cumplen labores ajustadas a sus competencias. Por ejemplo, aunque los sobrecualificados suelen ganar más que los que tienen la formación específica para el mismo puesto, el rendimiento por los años de estudios es mucho más bajo.

Además, suelen ser trabajadores desmotivados y con poca lealtad hacia sus empleadores porque pueden tener la expectativa permanente de encontrar un empleo más adecuado a su formación. La OIT asegura en su informe que mujeres y jóvenes están más representados entre los trabajadores sobrecualificados, una situación que se atribuye a varios factores.

Entre ellos las presiones que reciben las mujeres para conciliar vida familiar y laboral, así como la alta participación de éstas en los empleos fuera de los estándares (a tiempo parcial, por ejemplo) y, eventualmente, la discriminación.

Ante este escenario, la OIT recordó a los gobiernos que no es suficiente mejorar el mercado laboral si las competencias de los trabajadores no son aquellas que buscan los empleadores. La principal solución que propone pasa por un sistema de aprendizaje, como el que funciona con éxito en Suiza y que tiene como característica central relacionar el aula de clases con el lugar de trabajo donde el estudiante se forma

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